23 de diciembre de 2009

Preparando la cena de mañana



Cuando se acerca esta fecha, hay algo que no me gusta hacer y es estar cocinando, mientras los demás charlan, se ríen o discuten en el salón, así que me he organizado y ya lo tengo casi todo dispuesto para la cena.
Llevo todo el día en la cocina, pero me compensa un montón tener dispuesto ya, casi todo el menú, a falta de montar y decorar los platos.
Tendremos unos entrantes, que dormirán esta noche en el frigorífico en sus taper, de milhojas de salmón, bacalao meneao (producto genuino de mi pueblo en estas fechas), cucharillas de degustación con cebolla caramelizada y foie, escalibada, melón con jamón y ensalada de cangrejo, unos ahumados y plancha de gambones.
De primero, nos tomaremos unas vieiras rellenas, que las tengo también casi hechas, y de plato fuerte, he preparado dos rotís, que se están macerando ya y que huelen a gloria. Los acompañaremos con una salsa inesperada, y de postre una tarta de queso y uvas, y bandeja de turrones y dulces.
Ya sé que es una barbaridad de comida, pero es la excusa para que mis niñas no tengan que hacer cena en dos o tres días.
Para el día de Navidad, el inigualable cocido de mi tierra, faltara para lo que faltara, del cual nos comeremos las pelotas nada más y el resto también se repartirá en tapers. He hecho ya el bizcocho del tronco, para que sólo sea necesario rellenarlo y decorarlo.
Le he sacado brillo a los bajoplatos dorados, he envuelto los regalos que quedaban y ya lo tengo todo dispuesto para disfrutar con mi familia la Nochebuena.