22 de abril de 2010

Mil gracias por conocerla, bella Sara.


A medida que una cumple años, cree, equivocadamente, que pocas cosas pueden ya sorprenderla, o quizás abandonada en un dejà vu, llega a la conclusión de que se conoce previamente la reacción que tienen las personas de distintas edades, ante ciertas situaciones
Y una, que tiene por ahí algunos buenos amigos, y que presume de ello, encontró un día a la bella Sara y se le rompieron todos los esquemas.
Es algo mayor que yo, pero sólo en años, y tampoco muchos. Absolutamente al día de toda la actualidad, es una señora que sabe estar, escuchar, mantener una agradable conversación, culta, divertida, y muchas veces genial.
Rebelde y tierna, siempre con un aspecto estupendo, que nunca descuida. Da gusto verla con qué gracia se coloca un pañuelo, o la elegancia con la que sabe lucir sus joyas.
Bella Sara, tan bella por dentro como por fuera, tienes que seguir así: con esa mirada llena de sabiduría e ingenuidad a la vez, para que los que venimos detrás aprendamos a cumplir los años como tú lo haces, llena de vitalidad y buen humor.
Y entre nosotras, ahora que nadie nos oye: no te compres el bastón, que hace mayor.
Un abrazo muuuuuuuuuuuuy fuerte, Sarita.