4 de julio de 2010

Ahora, a ganar a los alemanes


Ya vuelvo a la normalidad con internet ¡Gracias a Dios! Qué mono tenía.
Acabo de ver el partido España-Paraguay, y he gritado, me he emocionado, me he cabreado, me he levantado de la silla acordándome de la madre del árbitro que nos ha hecho repetir el penalty y en definitiva me lo he pasado bien.
En el descanso he preparado unos buenos bocatas, y ¡Hala, a sufrir, otro poco! Que mira que sufro yo cuando juega España, que incluso a veces me voy a hacer cosas para no estar delante del televisor y sufrir menos.
Y todo lleno de banderas por las calles y fachadas, orgullosísimos de nuestro equipo.
Me asalta una duda: ¿Por qué razón si salgo ahora con una bandera a la calle, se ve normal, y si se me ocurriera ponerla en el balcón en tiempo de no fútbol, seguro que algún gilí me llamaría fascista?
La bandera española viene de la época de Carlos III y está muy por encima de todas las idioteces que se dicen y se piensan a su sombra. Para mí es la bandera de mi país, y tengo derecho a ponérmela en plan capa con fútbol o sin fútbol, o hacerme un traje con ella.
¿O es que sólo nos sentimos orgullosos de ser españoles cuando los resultados deportivos nos son favorables?
Por favor, no seamos tan cortos de entendederas.
A POR ELLOS........OÉÉÉÉÉÉÉÉÉ´.....
A POR ELLOS.................................OÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ