18 de septiembre de 2010

Musulmanes sí, tocapelotas no.


Mi amiga Gudea de Lagash ha escrito un post en su blog, digno de ser leído y reflexionado.
Con templanza, sin acritud y sin la más mínima ofensa, ha puesto sobre la mesa lo que muchos pensamos y no decimos, porque los políticos nos tienen con el cerebro a cuadros y vamos a acabar creyendo que llueve hacia arriba. No señores: SIEMPRE llueve hacia abajo, y hacernos creer lo contrario es tomarnos por idiotas, y aunque es un ejercicio que a muchos borregos les gusta, no es mi caso y por eso no tengo ningún inconveniente en dar mi opinión.
El post se titula: "¿Tiene la media luna derechos de autor?", y en él da cuenta de los últimos acontecimientos acaecidos entre unos "puristas" musulmanes y los dueños de la discoteca "La Meca". Ver a un señor, dando el visto bueno o no, a las arcadas del establecimiento o al nombre del local, resultaría ridículo si no fuera porque en realidad es indignante.
Durante mi estancia en Argelia, hablé muchas veces con la gente de allí sobre el fanatismo religioso, que ve un enemigo en cada esquina cuando no lo hay. Cuando son estos fanáticos los que andan sacando de quicio con sus manías persecutorias al resto del mundo, incluso en los propios países musulmanes. Cuando son ellos los que amenazan todo el tiempo con tomar represalias contra todo bicho viviente si no se actúa según sus gustos.
A mí me contaron que Alá era grande y bondadoso, pero no me dijeron nada de que fuese vengativo ni intolerante. Él, como Dios que es, seguro que sabrá distinguir cuando las cosas se hacen con una intención torticera o cuando no se tiene el más mínimo objetivo de ofender ni perjudicar a nadie.
En nuestro país viven muchísimos musulmanes, que tienen cubiertas sus necesidades civiles y religiosas, porque los ayuntamientos ya se han ocupado de ello, y me parece bien. Lo que no me parece bien es que estén "más me merezco", exigiendo cada día más y con un descontento que va en aumento.
Cuando uno está en un país que tiene unas determinadas reglas sociales para TODOS LOS CIUDADANOS, si de verdad quiere integrarse y vivir en él, tendrá que aceptarlas y no dedicarse a montarla o a amenazarnos cada vez que algo no le cuadre.
Como ya he comentado en el post de Gudea de Lagash, la media luna y la cruz son símbolos que acogen la fe y las creencias de muchos seres humanos. Por supuesto que han de respetarse, pero sin ese peso castigador que algunos quieren concederle.
Cuando viví en Argel procuré adaptarme a la forma de vida de sus habitantes, teniendo claro que allí era yo la extranjera y que por lo tanto esa labor me correspondía a mí. No a ellos.
Y termino como empecé: un sí rotundo a los musulmanes, pero un no más rotundo todavía a los tocapelotas.