Bienvenidos a El mirlo de papel

Soy Varech y ando por la Red desde hace un tiempo, lo cual me produce a veces quebraderos de cabeza aunque la mayoría de las ocasiones me satisface.

31 de agosto de 2011

Sardinas en escabeche (Apto Montignac)



Una receta sacada de "Directo al paladar".
Este verano me han regalado varias veces sardinas, y las tenía en el congelador porque ya no sabía qué hacer con ellas, así que encontré en internet una receta que prometía, y las hice.
Están buenísimas y lo mejor de todo es que las he tenido dos semanas en el frigorífico y hemos ido echando mano de ellas. Cada día que pasaba estaban mejor.
Ingredientes:

1 kilo de sardinas
1/2 cabeza de ajos
2 hojas de laurel
Pimienta negra en grano, oégano y tomillo
1 cucharadita de pimentón dulce
1/2 litro de aceite de oliva
10o ml de vino blanco
100 ml de vinagre
sal

Preparación:
Se limpian las sardinas. Es lo único fastidioso de la receta, porque a mí no me gusta encontrarme escamas, así que cuando ya las tenía niquelás, les pegué un corte arriba y les dejé la forma como las de las latas. Ahí se fueron también esas espinas que tienen tan alborotadas.
Se salan y se frien en la mitad del aceite a fuego vivo, pero en cuanto estén doradas se sacan a un recipiente aparte.
Si el aceite no está muy sucio se sigue ahí, pero si está muy quemado (el mío no servía ya), pues se tira y se pone aceite nuevo para seguir con la receta. Se ponen los ajos pelados, el laurel y se le da unas vueltecitas, luego las hierbas, y por último el pimentón con el vino, el vinagre y la sal.
Se vuelca todo lo de la sartén sobre las sardinas, se procura que el escabeche les llegue a todas y cuando esté tibio se mete a la nevera.
Yo las dejaría un par de días antes de empezar a comerlas.
Son un vicio.

Sigue la pesadilla

Sigo sin teléfono, a la semana justa de la fecha de la portabilidad. Cada vez que hablo con ellos, alargan el día de la entrega. Ahora me han llamado y me han dicho que en cuatro o cinco días lo recibiré, que traducido al idioma de los mortales que no tienen nada que esconder, quiere decir que para la semana que viene, Dios dirá. He ido a la Oficina del Consumidor a ver si podía rescindir el contrato, y parece ser que la cosa es larga y con pocas posibilidades de hacerlo, por lo que me toca aguantar lo que estos impresentables quieran. Ya que no puedo hacer nada, al menos que quede constancia para que lo lea mucha gente. Hoy, la persona que ha llamado ya ha dicho sin tapujos que el paquete se envió a otro sitio. Claro, sin no llevaba en la dirección la calle... pero como siempre, no me hicieron ni puñetero caso. ¿No era un cruce? La madre que los parió. Bueno, pues a mediodía me lo han traído. Como siempre, la coordinación brilla por su ausencia en Movistar, pero en esta ocasión me alegro.

28 de agosto de 2011

Pesadilla Movistar

A mi Antonio se le ocurrió la feliz idea de cambiarse de compañía telefónica y me convenció para que yo hiciera lo mismo. Las tarifas y el caramelo de un terminal de última generación fueron la clave. A partir de ahí todo fueron mensajes y más mensajes a mi móvil con las fechas de activación de la portabilidad, agradecimientos, confirmación de datos... y aquí ya tuvimos el primer tropiezo: en mi dirección no existía calle, y yo juro que se la dije al teleoperador que me gravó la conversación. Llamé para aclararlo, y como siempre, una señorita sudamericana me atendió el teléfono. Esto de que ahora todas las compañías operen por teléfono desde Sudamérica, es algo que se me escapa. Toma nota y dice que pasará el aviso correspondiente. Al otro día, otro mensaje, igualito igualito........... sin calle. Mal empezamos la andadura con Movistar. "En tres días le llegará su terminal", "Mañana le llegará su terminal", "En la noche del 24 apague los dos terminales y al otro día encienda el nuevo, que ya estará operativo", "Le avisamos de que en tres días le llegará su terminal". Y así se iban sucediendo los mensajes de forma incoherente, como si una vez los mandaran de Sudamérica y otra de Transilvania, porque cada uno iba a su bola. A mi marido le llegó el envío de forma puntual y sin problemas, pero cuando estaba con su juguetito nuevo, le apareció un mensaje: "En tres días le llegará su terminal". ¡Toma ya coordinación! El día 25 me encontré con el teléfono dado de baja en mi antiguo operador, y mi terminal sin aparecer. Otra vez a llamar al 1004, que siempre responden de forma amabilísima, pero te solucionan pocas cosas a pesar de que te digan que están para solucionártelas. Ante mi queja, me responden después de minutos y minutos de espera, que parece ser que el paquete no estaba bien hecho y lo han devuelto, porque ellos cuidan mucho ese aspecto y solo lo mandan si todo está en perfectas condiciones. _. De acuerdo. ¿Y cuándo me lo van a mandar? _. Señora Carmen, Movistar le hará llegar su terminal la semana que viene. _. ¿Quééeééééééé? ¿Que hasta la semana que viene no voy a tener el teléfono? _. No, Señora Carmen. _. Bueno, pues deme usted una solución porque no me da la gana de quedarme sin teléfono. _. Señora Carmen, yo no puedo decirle otra cosa, sino que la semana que viene, Movistar le hará llegar su terminal. _. Pues yo le digo que me tienen que dar una solución a un problema que lo han provocado ustedes, no yo, y quiero mi teléfono, ¡YA! _. Señora Carmen, lo único que podemos hacer es darle el código de la tarjeta y con un teléfono liberado se va usted a una oficina de movistar, paga siete euros y le hacen un duplicado. _. ¿Está usted de broma? ¿Que pague siete euros? _. Sí, Señora Carmen, y Movistar se los devolverá en la próxima factura. A estas alturas, la Señora Carmen estaba ya bastante calentita. Resumiendo, me dice que va a pasar la incidencia a sus superiores y que me llamarían de forma urgente... eso fue el viernes por la mañana y aun estoy esperando que me llamen, a pesar de que le di un número alternativo, porque ella pensaba llamarme al que tengo dado de baja. Una lumbrera. Mal empezamos la andadura con Movistar. Ayer otra vez llamé para volver a decir lo de la dirección, y me dijo que el retraso no era por eso, sino porque el móvil no estaba en condiciones. ¿No era el paquete lo que estaba roto? Vuelvo a reiterarle mi enfado y me asegura que Movistar me va a solucionar el problema y que me llamarán en breve. Hombre, breve... breve... pues no sé yo. Hoy ya es domingo y a la Señora Carmen, Movistar sigue sin solucionarle el problema... de momento. A lo mejor como los sudamericanos hacen las cosas con más calma que nosotros, puede que la palabra breve no tenga para ellos el mismo significado. Digo yo, porque no quiero pensar que no me hayan hecho ni puñetero caso. Bueno, pues esta mañana... Tachín, tachín, tachín, suena el teléfono de mi marido. _. ¡Papá, que en el móvil de mamá, sale otra señora! _. Pero eso es imposible. Si todavía no le han mandado el suyo y el anterior está dado de baja. _. Que sí, que me han llamado ya varias personas para preguntarme si mamá se había cambiado de número porque sale otra señora. Yo lo he comprobado y es así. No sabemos qué pasa. _. Vale, se lo voy a decir a tu madre. Y cuando me lo dice, me pongo a acordarme de los familiares directos de los de Movistar, y no sé francamente qué pensar. Bueno, pues voy a llamarme. _. ¡¡¡¡¡¡¡RIIIIIIIINNNNNNGGGGGGG!!!!!!!!! _. ¡Diga! _. ¿Está Carmen? _. ¡NO, NO ESTÁ CARMEN! _. No me extraña, usted perdone. Y aquí nos quedamos ya pensando qué porras ocurre con mi número de móvil, por lo que mi marido la llama y le dice que es que por algún fallo, ella y yo tenemos el mismo número y que quería aclararlo. La mujer lo ha dejado con el teléfono en la oreja. Sin más. Por la tarde llama otra hija mía y me cuenta que ha hablado con la señora (bueno, no tan señora), y que le ha dicho que ese número lo ha tenido ella de siempre. Y aquí sí que he marcado ya con ganas otra vez el 1004, porque uno de los requisitos para cambiarme de compañía, fue conservar mi número de teléfono. _. Le habla tal y tal y tal, de la compañía Movistar, y estoy aquí para solucionarle sus problemas, y le prometo que voy a poner empeño en hacerlo. _. Pues no sabe lo que me alegro, porque estoy bastante harta de su compañía, y todavía no he empezado a funcionar con ustedes. A ver si es verdad que me lo soluciona. _. Por supuesto, señora. ¿Me dice su nombre? _. ¡Carmen! _. Dígame Señora Carmen, el número de su teléfono. _. Pues por desgracia ya no sé si es o no mío, pero hasta ayer era el---------------- _. Señora Carmen, necesito sus datos. La Señora Carmen le da los datos y le hace patente, pero que muy patente que está hasta los huevos de Movistar. Dejo aparcado de momento lo de la fecha de entrega de mi terminal, porque me interesa muchísimo más solucionar lo del número, y le explico el fregao en el que estoy metida por culpa de ellos. Revisa todo lo revisable y me dice que cuelgue, que ella va a llamar a esa señora para pedirle los datos y que me llamaría luego para darme la solución a esta incidencia. Yo, que ya no me creo nada, le dejo constancia de que voy a jurar en arameo como no me llame. Mientras, mi marido y yo hemos llegado a la conclusión, de que al tener ellos la dirección mal, vete a saber a dónde ha ido a parar mi terminal; seguramente a manos de la señora( no tanto), que responde a las llamadas, que se ha encontrado con un aparatito muy majo, y con una tarjeta para poder llamar. ¡Por fin suena! _. ¿Señora Carmen? _. Sí, hija, sí. ¿Qué ha pasado? _. Señora Carmen, ya no tiene de qué preocuparse, porque esa señora (no tanto), ya no va a salir más en su número. _. Sí, pero por qué salía? _. Señora Carmen, ha sido un incidente interno de Movistar, un cruce de líneas, pero ya tiene usted de nuevo su número. ¿Algo más Señora Carmen? _. No, nada más. _. Que tenga usted un buen día, Señora Carmen. Y la Señora Carmen, que todavía no está gagá, piensa que efectivamente ha sido una equivocación en el envío, cosa que la compañía no reconocería nunca ni loca. ¿Un cruce de líneas? ¿Pero piensan que hablan con tontos? Cuando alguna vez se ha producido un cruce de líneas, ha sido algo puntual que volviendo a llamar ya no se repetía. ¿Pero en qué tiempos estamos? Jamás he tenido una cruce de líneas con móviles. Desde luego a mi casa no llegó el paquete, pero estoy segura de que a la de la señora (no tanto), sí. Movistar te soluciona los problemas... o te los crea. Depende.

25 de agosto de 2011

La Batalla de Trafalgar

No quedaría la entrada anterior completa, sin ampliar los hechos que llevaron a este desastre. Acabo de leer el libro "Cabo Trafalgar", de Pérez Reverte, y he llegado a una conclusión en cuanto a la forma de plantear la narración por este escritor: fue una lucha encarnizada, cruel e inmerecida, y no me ha gustado el tono burlón y jocoso del lenguaje que ha utilizado, pero... quizás haya sido ese desenfado a la hora de describir semejante tragedia, lo que me ha llevado a acabarlo en un plis plas. Intentaré explicar las causas que nos llevaron a ella: Por el tratado de San Ildefonso, España se había comprometido a luchar junto a la flota francesa. Napoleón, en su afán expansionista, quería invadir Gran Bretaña, y pensó en una maniobra de distracción para alejar a los barcos ingleses, mientras él estaba preparado en Calais para entrar en la isla. Pero las cosas no le salieron nada bien: partió la flota combinada hacia las posesiones británicas en las Indias Occidentales, para que la escuadra inglesa fuera detrás a defender el territorio y dejara libre el Canal de la Mancha, pero los ingleses se percataron de la jugada y dieron la vuelta. Hubo enfrentamientos en la Batalla de Finisterre al encontrarse allí las dos flotas, y Villeneuve, desobedeciendo las órdenes de Napoleón llevó la escuadra a Cádiz, encontrándose la Armada Inglesa en Gibraltar en esos momentos. El Emperador le había ordenado salir de Cádiz, dirigirse a Cartagena en busca de refuerzos, y partir hacia Nápoles, pero los ingleses habían ya bloqueado la salida. Como era conocida la ineptitud de Villeneuve para esta empresa, Napoleón mandó un sustituto a petición de Godoy, quien había recibido las quejas de los marinos españoles, y al almirante francés le faltó tiempo para ordenar la salida, porque sabía de su mala reputación entre la gente de mar y quería hacer méritos ante el Emperador. El tiempo, como el estado de los barcos, no eran propicios para hacerse a la mar, y los españoles le aconsejaron que sería mejor dejar en el puerto todo el invierno la flota inglesa para que se fueran debilitando, pero el francés se empecinó y, el 19 de octubre de 1805 salieron los barcos de Cádiz. La flota aliada se componía de 33 barcos y la inglesa de 27 . La batalla tuvo lugar el 21 de octubre de 1805. En Francia, como consecuencia de la Revolución, muchos aristócratas fueron ajusticiados, y entre ellos sus mejores marinos, pertenecientes a familias nobles, por lo cual hubo que reclutar a gente que no estaba preparada, incluso para muchos fue su bautismo de mar. Por otra parte, en España teníamos buenos barcos pero faltos de mantenimiento, motivo por el que algunos de los capitanes sufragaron de su bolsillo la pintura y el arreglo de las naves para no pasar vergüenza ante los franceses. Pero la tripulación era de lo peor. La epidemia de fiebre amarilla que había azotado Andalucía causó innumerables bajas, y hubo que sustituir a la gente curtida en la mar por mendigos, soldados de infantería y campesinos. Uno de los generales comentó: "Llenamos los buques de una porción de ancianos, de achacosos, de enfermos y de inútiles para la mar". Los mismos oficiales estaban muy pesimistas ya que no atravesaban el mejor momento para una confrontación.
Gravina mandaba la flota española, pero siempre subordinado al francés, cosa que no se entendía, ya que tenía mucha más experiencia y conocimientos que Villeneuve. La flota inglesa estaba compuesta por verdaderos hombres de mar, con muchos años de experiencia y con unos barcos en perfecto estado. Al mando iba el almirante Nelson. Las batallas navales se solían hacer con los buques dispuestos en línea (evitaré términos náuticos), ofreciendo al enemigo uno de los lados del barco que era donde iban los cañones, el otro navío se ponía en paralelo, y a darse cañonazos para desarbolar al otro y causarle el mayor daño posible. Pero Nelson sorprendió a los aliados por su forma de atacar: estos estaban colocados en línea, como la cuerda de un arco, formando la zona de fuego, la vanguardia y la retaguardia, y la escuadra británica avanzó hacia el centro de esta línea en dos columnas paralelas. Se la jugaron pero les salió bien. Teóricamente un navío que se acercara perpendicular a una línea de batalla, recibiría mucho fuego enemigo, pero tendría menos blanco y los barcos podrían disparar sólo por el lado que tuvieran a la vista, con lo cual los daños serían menores, y mientras podría colarse entre los aliados y cogerlos entre dos fuegos como así sucedió. Disparaban tres veces más rápido que los españoles. Cuando Villeneuve vio a los ingleses, se debió de acordar de todos los santos y ordenó virar para volver a Cádiz, ante la incredulidad de los españoles, pero el que manda manda, y el poco viento hizo que dieran la vuelta muy lentamente, que casi chocaran unos con otros, descompusieran la línea y que en definitiva dejaran grandes claros que aprovechó Nelson para meter sus barcos y poder luchar así varios contra uno, rodeándolos y rindiéndolos.
Era más o menos medio día. Los aliados que estaban en la vanguardia no apoyaron a los barcos que estaban en dificultades, a pesar de la orden de dirigirse a la zona del fuego. Villeneuve, como vio la cosa muy negra, mandó un mensaje a todos los capitanes de los barcos, diciéndoles que hicieran lo que quisieran, con lo que el caos ya fue total.
Dumanoir, al mando de la agrupación empezó una retirada y huyó con su barco y tres más, todos franceses, sin prestar auxilio a los otros. Al poco de empezar la contienda murió Nelson, y ordenó mientras le recogían que le taparan la cabeza para que la tripulación no supiera que había sido herido y se desmoralizara. El cadáver fue conservado en un barril de coñac para evitar su deterioro en la travesía hasta Londres. Los cañonazos rompían maderas y piezas que saltaban como metralla sobre la tripulación que moría, era herida o mutilada. Los abordajes también fueron terribles en cuanto a bajas, y cuando un palo caía, arrastraba a los marineros que estaban en él teniendo que echarlo al mar para desprenderse del lastre que suponía para la embarcación No daban abasto a bajar gente a la enfermería, y las naves que fueron hundidas se llevaron a todas esas personas al fondo del mar. Quizás si Gravina hubiera tenido la flota combinada bajo su mando, habría podido variar el rumbo de los acontecimientos, ya que pensó cerrar "la cuerda del arco" por la vanguardia y la retaguardia y así envolver a los ingleses, pero Villeneuve desestimó esa táctica.
Algunos barcos volvieron a Cádiz en tan mal estado que no aguantaron el mal tiempo y se hundieron, como el Santísima Trinidad, a quien llamaban "El Escorial de los Mares". Un barco de cuatro puentes y 136 cañones. Cuando el Bucentaure se rindió todo el fuego enemigo se dirigió hacia este buque emblemático y fue apresado y remolcado hasta Cádiz como gran trofeo por parte de los ingleses, orgullosos de haber abatido el barco más grande que se hubiera construído nunca, pero no soportó el mal tiempo y se hundió. A las seis y media finalizó la contienda.
España perdió 7 de los 15 barcos con los que contribuyó a esta batalla y murieron en ella entre otros, Gravina, Alcalá Galiano y Churruca. El balance total en la Armada española fue de1.025 muertos y 1383 heridos. Las playa de Cádiz se llenaron de cadáveres y despojos de los navíos hundidos, y los lugareños socorrieron por igual a heridos franceses, españoles e ingleses. España dejó de ser la primera potencia marítima, ostentando ese honor a partir de aquí Inglaterra.
Podéis pinchar en este video http://youtu.be/Rroa7Ks05vo

22 de agosto de 2011

Carlos IV en Madrid




El reinado de este monarca trajo a Madrid y por consiguiente al país, uno de los periodos más bochornosos de la historia de España.
Era el séptimo hijo de Carlos III y Mª Amalia de Sajonia. Su padre adivinó bien pronto la escasez de carácter que tenía y planificó su boda con una mujer a la que le sobraba, como fue Mª Luisa de Parma, aunque luego tuviera que arrepentirse de tal elección, por los escándalos que ésta protagonizó. Eran primos por ambas ramas familiares. La política la llevaban a cabo los ministros Floridablanca y luego Aranda, hasta que Godoy entró en escena.
De los 14 hijos y 24 embarazos que tuvo la reina, parece ser que ninguno era del rey. Por la cámara real desfilaron muchos amantes, aunque el favorito fue Godoy, a quien Mª Luisa encumbró hasta tal punto que era quien gobernaba el país. Carlos IV era un títere en manos de su mujer y de su primer ministro, y aunque todo el mundo sabía de la infidelidad de la reina, él no se daba por enterado y seguía dedicándose a sus colecciones de relojes, a la carpintería y a otros trabajos manuales.
Según un emperador ruso, la soberana estaba "ajada por los partos y las enfermedades, de tez verdosa y casi sin dientes, reemplazados por piedras preciosas que la causan innumerables molestias en las comidas, que siempre hace en solitario".
En estos momentos, en Francia se vivía la Revolución Francesa.
Godoy firmó el tratado de San Ildefonso con Napoleón, por el cual España se comprometía a realizar una política militar conjunta con los franceses frente a Gran Bretaña, que amenazaba a la flota española en sus viajes a América.
En 1807, el heredero Fernando se amotinó en El Escorial y pidió a su padre que renunciara a la corona española, aunque este hecho no se llevó a cabo y padre e hijo lograron reconciliarse.
En marzo de 1808 se produjo el Motín de Aranjuez. Por el tratado de Fontainebleau (Godoy no quiso luchar contra Napoleónl y prefirió aliarse con él) se permitía pasar al emperador francés hacia Portugal, a través del territorio español, pero Godoy se dio cuenta de la doble intención y se llevó a los reyes a Aranjuez para huir desde allí hasta que se repusiera la monarquía en España.
Los madrileños estaban hartos de los escándalos de la reina, y de que el rey no hiciera nada por solucionar los problemas que tenía el país, con Napoleón ya en España, así que pidieron que abdicara en su hijo.
El 22 de marzo de 1808 entró Fernando VII en Madrid y fue aclamado.
Carlos IV estaba exiliado, Fernando VII rey, y España llena de franceses.
El ejército francés iba tomando posiciones: 10.000 soldados en la Glorieta de San Bernardo, al mando de Mariscal Joaquín Murat; la artillería de la Guardia Imperial alrededor del Retiro; la caballería y mamelucos a la entrada de Recoletos; la Guardia Imperial de Marina, en el Cuartel del Conde-Duque; 20.000 soldados en el Pardo; 20.000 en Aranjuez, Toledo, El Escorial y accesos a Guadarrama......................................en total unos 55.000 hombres. Madrid tenía entonces 175.000 habitantes.
La conciencia nacional frente a la invasión francesa, desencadenó los enfrentamientos en Madrid que dieron lugar a la Guerra de la Independencia.
Cuando el príncipe Francisco de Paula iba a subir a la carroza camino del exilio, muchos madrileños se agolpaban frente a la Puerta del Príncipe en el Palacio Real, y pudieron ver cómo se resistía y lloraba, lo que soliviantó los ánimos a los que sólo les faltaba el último empujón para levantarse contra los franceses, y se dirigieron hacia la Puerta del Sol, sin armas, aunque luego, al enterarse de que en el Cuartel de Monteleón las había, se encaminaron hasta allí para conseguirlas.
Este cuartel estaba a favor de los madrileños, al mando del teniente Ruiz y de los capitanes Daoiz y Velarde. Resistieron al ejército francés durante 3 días y luego el cuartel fue incendiado, muriendo estos militares. También murió en este asedio Manuela Malasaña.
La represión francesa se produjo el 3 de mayo de 1808 (los fusilamientos). La dirigió el general Grouchi desde la Casa de Correos, y se fusiló a los madrileños sin juicios previos.
Napoleón envió una misiva a Fernando VII instándole a solucionar los problemas con su padre. Marchó el rey a Bayona y allí fue obligado a devolverle la corona a Carlos IV, pero éste en un acto bochornoso, la tomó de su hijo y se la entregó a Napoleón.
Entonces Napoleón se sintió con plenos poderes para gobernar sobre España y mandó a su hermano José I.
El 20 de julio de 1808 entró José Bonaparte en Madrid y el 25 fue proclamado rey de España, y por más que lo intentó, el pueblo de Madrid no lo aceptó. Mandó entonces Napoleón un ejército de 250.000 hombres que se instalaron en el Buen Retiro, en el Palacio del Duque de Pastrana y en el Puerto de Somosierra, para doblegar la voluntad de los madrileños, pero no lo consiguió.
José I llevó acabo algunas reformas: levantamiento de productos en el estanco, especialmente del vino, de ahí su apodo de Pepe Botella, aunque él era abstemio.
Derribó monasterios para airear el casco urbano: Sta. Ana, que da lugar a la plaza; de los Mostenses; San Martín, en la actual plaza de este nombre; Sta. Bárbara; Afligidos, en la plaza de Cristino Marcos; San Juan, en la plaza de Ramales; San Gil, en la Plaza de Oriente; Santo Domingo, en la plaza de este nombre.
Por estos derribos, ha pasado a la historia como "el rey plazuelas".
Fue abolida la Santa Inquisición.
Reinó durante 5 años y se marchó en 1813 dejando Madrid en ruinas. En ese mismo día (1 de abril de 1813) entraron los aliados ingleses y el Duque de Welington derribó la Real Fábrica de Porcelanas del Retiro, para que no compitiera con la porcelana inglesa.
Desapareció el Palacio del Buen Retiro, del que sólo quedó el Salón de Baile (Casón) y el del Trono (lo que fue Museo del Ejército).
Se constituyen en 1812 las Cortes de Cádiz ("La Pepa").
Carlos IV y Mª Luisa de Parma nunca regresaron, ya que su hijo Fernando VII se negó a ello, y murieron exiliados, en Italia.
Durante este periodo, tuvo lugar también el desastre acaecido a la armada española en Trafalgar, como consecuencia del Tratado de San Ildefonso.
Goya fue pintor de cámara de Carlos IV e inmortalizó a la familia real en un cuadro magnífico que se halla expuesto en el Museo del Prado en Madrid. Fue la primera obra de Goya en entrar en esta pinacoteca y en 1834 fue tasada en 80.000 reales.
Parece que se pintó frente a un espejo para que los protagonistas supieran de antemano cómo iban a quedar. Goya hizo varios estudios de los personajes y luego los juntó, para evitar así sesiones largas de posado. Se hizo en Aranjuez.
Los cuadros de atrás le dan profundidad a la escena, y si se miran los pies, sólo se adelantan los del rey y los del heredero, permaneciendo los demás en segundo plano.
Goya se pintó a la izquierda, al igual que lo hiciera Velázquez en Las Meninas
La reina en el centro, porque Goya la consideraba la más poderosa, pasa el brazo a la infanta MªIsabel y coge de la mano al infante Francisco de Paula.
A la izquierda, adelantado y de azul, Fernando VII, a quien coge por la cintura su hermano Carlos Mª Isidro (guerras carlistas).
La mujer que tiene el rostro vuelto, en esa parte del cuadro, es la futura Princesa de Asturias, mujer de Fernando VII, pero entonces aún no se conocía su identidad.
Detrás, María Josefa de Borbón, hermana del rey.
A la derecha, la infanta Mª Luisa y su marido el duque de Parma, con el pequeño Carlos Luis.
Antonio Pascual, hermano del rey, junto a la infanta Carlota Josefina, hija mayor de los reyes.
Adelantado, Carlos IV.
Los retrató tal como eran, por fuera................y por dentro.
Fernando VII regresó como rey a España el 22 de marzo de 1814.

9 de agosto de 2011

Comida árabe








Los aperitivos fueron queso fresco con aceite e hinojo, dátiles, mini-boureks y bocaditos de pan de pita con hummus

De primero puse Harira, que según los comensales estaba buena.




De segundo cuscús, como no podía ser de otra manera.

[/img]

De postre hice una baclawa con pistachos y miel y crema de arroz con leche con almendras.




Los invitados no sabían nada, excepto que iban a comer a c
asa, y conforme fueron entrando pasaban a una habitación donde podían elegir la ropa para estar a tono con el ambiente que Antonio y yo intentamos darle a la reunión.
Fue algo muy simpático y nos lo pasamos muy bien.
Jose lleva un vestido kabil, Marichel uno negro precioso, yo un kaftán, Mari Carmen otro también bonito, hecho a medida para ella pero no quiso quitarse la camisa, y Pepa también lleva una túnica con una sobrecapa muy glamurosa. Antonio se puso una gandura de los hombres del desierto, y los otros caballeros llevaron chilabas con el pañuelo característico.
Lo más importante es que pasamos unas horas deliciosas en tan grata compañía.
José María, no me he olvidado de ti, pero como llegaste más tarde, las otras fotos en las que ya estás tú las tengo en Madrid y en cuanto vuelva las colocaré, que está quizás la más simpática de todas.

8 de agosto de 2011

Origen de la palabra "fecha"



Como consecuencia de una café a horas intespestivas, me encuentro a las 8'00 horas del 08 del 08, sin pegar ojo todavía. He oído todos los programas de radio habidos y por haber y me he enterado de algo que no sabía: el origen de la palabra "fecha".
Deriva del castellano antiguo, y es el participio pasado del verbo hacer (facer). O sea, que significa el día que la nota ha sido hecha (fecha).
Cuando escribamos una carta la pondremos en la parte superior, sea a la derecha o a la izquierda del escrito, y siempre irá acompañada del nombre del sitio desde donde se ha redactado (fecho) la misma.
Esta entrada ha sido "fecha" (nosotros diríamos "fechada") en Alicante, el 8-08-2011.
Si la pusiéramos con números y letras, escribiríamos: 8 de agosto de 2011. El mes siempre en minúscula, salvo que fuera al principio.
Y por supuesto, la cifra del año, NUNCA lleva el punto separando la unidad de mil.
Me ha parecido curioso: ahora nos sirve como verbo (fechar) y como sustantivo (fecha).

1 de agosto de 2011

¿Pá qué?


Este mes que he estado con mi nieto, a través de las preguntas que me hacía me daba cuenta de que ni mucho menos tenía respuesta para todo. Me pillaba más de una vez, y una de las cosas en las que me atasqué fue en la explicación de por qué existían ciertos animales.
Hay que decir que el niño en el colegio recibe clases de religión para poder entenderlo.
Como cada mañana al levantarse, le ponía una crema para que los mosquitos no se le acercaran, y siempre me preguntaba lo mismo:
_. Abuela, por qué ha creado Dios a los mosquitos?
_. Pues hijo, porque pueden servir de alimento a otros animales (yo en el fondo pensaba: ya se los podían haber ahorrado Dios y Noé, que también fueron ganas de recopilar).
_. ¿Y las avispas?
_.Pues... pues... porque se comerán otros bichitos.
_. ¿Y si Dios las ha creado para comerse otros bichos por qué nos pican a nosotros?
Lo mismo me pregunto yo pero cualquiera lo suelta. Me salía del alma decirle: ¡Por joder, hijo! pero me revestí de dulzura y le contesté:
_. Porque desobedecen a Dios y se portan mal.
_. Claro, por eso las matas. Hay que matar a los bichos que no nos gusten.
_. Tampoco es eso... lo que pasa es que algunos insectos nos molestan y por eso los matamos. (Y yo acordándome de todos los que llevo pisados en este mes).
_. Pues qué mal Dios ¿no? A lo mejor los creó porque no les conocía.
Yo pensando lo mismo que el niño, porque a ver: las avispas, las cochinillas, los mosquitos, las cucarachas, las moscas (bueno, estas están bien creadas para amenizarnos las siestas), qué porras pintan si lo único que hacen es fastidiarnos y hacernos gastar dinero en productos para exterminarlos?
_. Cariño, todos los animales tienen derecho a vivir.
_. Abuela, entonces por qué llevas las suelas llenas de bichos muertos? Siempre que ves uno lo pisas.
¡Qué razón tenía el niño! Llevo un mes que si mis suelas hablaran darían gritos de terror.
_. Calla, exagerao.
_. Abuela, no debes de matar a los animales, que cuando Dios los ha creado será por algo.
A ver cómo le explicaba yo al niño que Dios a veces también tiene su aquel, que lo de los renglones torcidos es una verdad muy grande.
_. No te preocupes, que ya no vamos a matar a más bichos.
_. Eso, solo a los leones.
Me temo que a esos no voy a poder pegarles un pisotón.