17 de octubre de 2011

Gracias, pero no.


Estoy feliz. Mi vida sexual le interesa a mogollón de gente. A ver, de no ser así, no tendría el correo lleno de buenas personas que se ocupan de que esa faceta de mi vida funcione plenamente.
No conozco a Marilyn, Jhonattan, Meri, Silvester y unos doscientos más... pero de forma altruista y sobre todo insistente, me dan múltiples consejos.
Dos cosas priman sobre todas las demás: que tome viagra y que me alargue el pene, pero no sé yo... ¿Mira que si me tomo lo del pene y me acaba saliendo un alien descontrolado de mis partes más íntimas? No sé si le iba a gustar mucho a mi Antonio este cambio. Mejor me abstengo, no vaya a ser que se me note el bulto con el bikini y me hagan a mis años proposiciones deshonestas.
¿Y la viagra? ¿La tendría que tomar cuando ya tuviera pene, o me serviría ya mismo tal cual estoy?
¡Vaya lío! No tenía problemas y ahora esto me quita el sueño.
¿Me lo alargo? ¿No me lo alargo?
En serio, estoy hasta la coronilla de estos mensajes y no sé cómo quitármelos de encima.
¿Algún consejo?