Bienvenidos a El mirlo de papel

Soy Varech y ando por la Red desde hace un tiempo, lo cual me produce a veces quebraderos de cabeza aunque la mayoría de las ocasiones me satisface.

15 de agosto de 2012

Cincuenta sombras de Grey


Mis hijas me han regalado este libro por mi cumpleaños, y la verdad es que aun siendo erótico, me mondo de risa. Muchísimas mujeres lo han leído y lo leen, pero no lo dicen. Cuando vaya en el metro y vea a las señoras leyendo un libro forrado, ya sabré cuál es, jajajajajajaja...
¿Su título? "Cincuenta sombras de Grey", el primero de una trilogía. La autora se está haciendo de oro.


9 de agosto de 2012

Tarta de zanahoria y coco


Esta tarta me apetecía mucho hacerla, ya que fue de los primeros dulces que intenté hace muchos años. Es la clásica de una merienda, porque no empalaga y está rica. Recuerdo que a mis hijas les encantaba, y está mucho mejor de un día para otro, porque los sabores se intensifican más.
Yo creo que ya todo el mundo la conoce, pero por si hay alguien por ahí todavía despistadillo, ahí va la receta.

1/2 kilo de zanahorias
200 grs. de coco rallado
175 grs. de azúcar
10 suizos o bollos de leche. Más rica con suizos.

Preparación:
Limpiamos las zanahorias y las ponemos a cocer hasta que estén blandas. Las pasamos por el pasapurés y las ponemos en un bol.
Ahí añadimos el coco (reservando un poco para la decoración) y el azúcar removiendo bien.
Cortamos los suizos en tres longitudinalmente.
Ponemos una primera capa de suizos, que como es la que se verá, procuraremos que sean todos los trozos de la parte de arriba. Capa de crema. Capa de suizos. Capa de crema y por último capa de suizos.
Apretamos bien con las manos y ponemos encima un plato con peso. A la nevera hasta el otro día.
Desmoldamos y decoramos.
¡Que os aproveche!

7 de agosto de 2012

Turquía. Capadocia-Estambul




Salimos a las siete de la mañana de la Capadocia camino de Estambul. Nos esperaban muchas horas de autobús, aunque el hecho de ir solo quince personas, facilitó bastante el acomodo en los asientos.
Yo me dejé a mano el "kit sueño" y descansé bastante en el trayecto. Saqué los tapones de los oídos, el antifaz, la almohada hinchable, y a dormir hasta que llegamos al Lago Salado.
Es el uno de los más grandes y en verano se puede andar por encima de la sal. Nosotros no lo vimos así, porque era abril y todavía no se había evaporado lo suficiente.
Al bajar del autobús casi nos secuestran los de las tiendas de cremas. En un momento uno nos echó algo que parecía aceite con sal, de ahí pasábamos a otro que nos limpiaba con kleenex, luego otro te llevaba a un grifo para lavarte las manos, y por fin te daban algo para secarte. Pero todo esto antes de poder decir cualquier palabra. Y ya no cuento nada de los que te intentaban vender la crema.
Vamos, que al lago pasamos ya de lo más suaves. Tomamos un zumo de granada y otra vez emprendimos la marcha.

Llegamos a Ankara y fuimos a ver el Museo de las Civilizaciones. Sinceramente me esperaba otra cosa, porque es bastante pequeño y me aburrió horrores. Creo que esas dos horas que pasamos por allí podíamos haberla evitado y haber llegado antes a Estambul que era lo que nos interesaba.
Ankara es una ciudad que me pareció bastante fea, pero estaba en la ruta y no hubo más remedio que parar. Comimos bastante bien en un restaurante estupendo.

Y por fin, después de muchas paradas, llegamos a Estambul, entrando por el puente del Sultan Mehmet, con un tráfico terrorífico. El hotel Oran está en la zona de Beyazit, cerca del tranvía. Quizás algo antiguo, pero bastante aceptable y en muy buen sitio.
Nos dimos una ducha y salimos a cenar. La oferta era apabullante, pero optamos por un pequeño restaurante, y en la terraza nos comimos el mejor kebab que habíamos probado nunca.
Durante nuestra estancia en Estambul, no estuvimos sujetos a ninguna excursión, y llevábamos más o menos previsto lo que queríamos hacer. Teníamos poco tiempo y muchas cosas por ver.