14 de diciembre de 2014

Una preciosa poesía


Me la regaló Marisol Ortega, y me ha gustado tanto, que quiero compartirla desde aquí.

He aquí dos rosas frescas, mojadas de rocío:
una blanca, otra roja, como tu amor y el mío.
Y he aquí que, lentamente, las dos rosas deshojo:
la roja, en vino blanco; la blanca, en vino rojo.


Al beber, gota a gota, los pétalos flotantes
me rozarán los labios, como labios de amante;
y, en su llama o su nieve de idéntico destino,
serán como fantasmas de besos en el vino.

Ahora, elige tú, amiga, cuál ha de ser tu vaso:
si éste, que es como un alba, o aquél, como un ocaso.
No me preguntes nada: yo sé bien que es mejor

embriagarse de vino que embriagarse de amor...
Y así mientras tú bebes, sonriéndome así,
yo, sin que tú lo sepas, me embriagaré de ti...

José Angel Buesa