La reunión de guineanos fue esta vez en Galicia, y como siempre, una noche nos pusimos ñanga ñanga, o sea con nuestras mejores galas típicas de la antigua colonia española.
Muchos besos, risas y montones de recuerdos aflorando entre los que pasaron allí su juventud. No fue mi caso, pero tantos años ya con ellos me han hecho amar a esta tierra aunque no la haya conocido.
Arriba, mi Antonio en plan "colonial", junto a dos amigas. Debajo estoy yo vestida también para la ocasión.
Galicia me ha sorprendido muy gratamente, ya que no espara que tuviera lugares tan bonitos. Tenían razón los que me aconsejaban que fuera. Lo malo... dos kilos que me he traído, pero es que estaba todo muy bueno y las raciones eran graaaaaandes. Eso sí, creo que en una temporada no comeré marisco, porque ya me salía por los ojos.
Lo he pasado muy bien, y lo mejor de todo ha sido la buenísima compañía de la que he disfrutado.
Mañana contaré.