30 de julio de 2012

Hogar, dulce hogar

Porque a pesar de que los días de las vacaciones hayan sido buenos, la vuelta al hogar siempre es lo mejor. Meter la llave en la cerradura, abrir, y exclamar: ¡Casa de mi vida! Porque para qué vamos a engañarnos, la verdadera comodidad está aquí, donde tenemos nuestro sitio para leer, para ver la televisión, donde no hay que ir con un módem arrastrando para poderte meter de vez en cuando en internet, donde no hay que poner por las noches el aparato para los mosquitos, donde tiene uno a mano cualquier tienda sin tener para ello que coger el coche, donde no hay que hacer la comida temprano para bajarse a la playa... en definitiva, donde se está más tranquilos.

Todos deseamos echar los bártulos al coche y salir corriendo hacia nuestra casita de la playa o la montaña, pero siendo realistas hay que reconocer que como en la que vivimos todo el año no se está en ningún sitio.
A los que ya habéis vuelto, como yo, os deseo un feliz regreso al dulce hogar, y a los que ahora os marcháis, pues que os divirtáis y llevéis con resignación los inconvenientes que acarrea estar fuera de casa.
Lo bueno sería poder ir como los caracoles, con nuestra vivienda habitual a cuestas, pero dado que de momento eso no es posible, sacad el máximo partido a estos días de ¿Descanso?, y al volver decid como mi padre cuando volvía de algún viaje: "¡Casa de mi vida!"