El de las aves está muy bien, con ejemplares espectaculares, el de los mansos, sinceramente lo vi muy tontorrón, con cabras y cerdos de esos negros, que venían corriendo al vernos por si les echábamos comida, y el mini zoo, no estaba mal: pumas, tigres, monos, mapaches... Sinceramente cuatro cosillas y el resto semi abandonado. De camino al mini estaban los emus, como el de arriba, y los avestruces, como el de abajo. Me encanta el aspecto que tienen.
Después de un buen rato apareció Antonio con el coche y me dijo que no me preocupara, que los leones, los elefantes y los tigres estaban aparte en unos terrenos cercados. Entonces, sí, le acompañé.
Las llamas nos seguían todo el tiempo, y junto con los dromedarios no nos dejaban avanzar, pero era divertido. Vimos jirafas, cebras, monos, gamos, cebúes...Y no me equivoqué, porque Antonio bajaba la ventanilla para hacer las fotos.
Una de las cosas que más me gustó fue la demostración de aves rapaces, que la hacían en el anfiteatro. Desde una torre que había en el monte las soltaban y llegaban hasta el cetrero que las esperaba en la pista. Alucinante la demostración de caza del águila real, impresionante el cóndor al posarse en el suelo, un águila que después de subir hasta más de mil quinientos metros, se lanzó en picado ante la presa que le mostraba el adiestrador. Una exhibición para quitarse el sombrero, y el cetrero una persona con un dominio total sobre las aves.
Aquí estoy con un halcón, que me miraba muy fijamente. Demasiado fijamente.
Aquí estábamos parados al lado de los cebues, y yo con los ojos cerrados porque la ventanilla que estaba abierta era la mía. Reconozco que pasé miedo.
Estos pajaritos me encantaron. Había una pajarera llena de ellos.
Estos también estaban al lado del camino. Yo le decía a Antonio: "Por Dios arranca, que como nos meta el cuerno en el coche nos levanta". Él se reía de mí, pero a mi me impresionaba ver tan cerca, y suelto, semejante animal.
Este tigre estaba en el mini zoo, y era más fácil de fotografiar que los otros. Los leones, los elefantes y los tigres estaban super protegidos por una vallas altísimas. Tenían mucho terreno. Los leones, he leído que ocupaban una hectárea.
En la primera foto estoy con un cachorro de león en brazos. Su madre lo rechazó porque tenía problemas en una pata, así que lo están alimentando con biberón.
Fuimos también a ver los cocodrilos, y sin dudarlo, es lo peor del parque. Si no entiendo cómo en pleno centro de Madrid mantienen a esos animales con tan poco espacio y con tan poca luz, aquí lo entiendo menos, ya que están en una especie de pasillo, con una pasarela por el centro para las personas. Es agobiante verlos tan juntos en un espacio tan reducido.
Cuando ya nos hartamos, es un decir lo de hartarse, de hacer fotos, nos quedamos a comer allí y luego nos volvimos a Navalagamella.