26 de septiembre de 2015

Crucero posicional Barcelona - Estocolmo. Barco.


Este año nos decidimos por hacer un crucero de quince días: el posicional Barcelona - Estocolmo. Se llaman así porque los barcos suben para hacer la temporada de verano al Báltico y fiordos, y lo hacen con pasajeros desde el sitio de embarque, en este caso Barcelona. Una forma de no perder dinero en el viaje.

Los puertos que visitamos fueron: Barcelona, Cádiz, Lisboa, Vigo, Southampton, Amsterdam, Copenhague, Warnemünde (Rostock) y Estocolmo, donde estuvimos dos días.
Algunas ciudades ya las conocíamos, así que aprovechamos para recorrerlas sin prisa, por el simple placer de recorrer sus calles y participar del ambiente tan diferente de unas a otras.
Se agradecían también los días de navegación, que aprovechábamos para leer y charlar con los amigos que hicimos.
Esta vez elegimos el "Costa Luminosa" porque nos gustó tanto la duración como el itinerario.


Se construyó en 2009. Tiene una capacidad para 2826 pasajeros y una tripulación de 1050 personas.
Su eslora es de 294 metros y la manga de 32'3 metros. De los 17 puentes, 13 son para los pasajeros y navega a una velocidad de crucero de 21'5 nudos.
Como los otros barcos italianos, anda sobrado de adornos bastante horterillas, al menos para mi gusto. El lujo, cada uno lo entiende a su manera y yo no coincido mucho con los decoradores. Tiene en su interior obras de artes muy buenas, pero apabulla un poco en conjunto, aunque no tanto como el de MSC.


La más fotografiada era esta escultura de Botero en el hall.


Los ascensores eran espectaculares.


Seguimos en el hall.


Yo estoy sentada por ahí. A buscar, jeje...


Otro aspecto del hall.


Parte del buffett.


La chocolatería. Con una carta de chocolates que me volvía loca sin saber cuál probar. y una fuente de chocolate que alegraba la vista y los jugos gástricos. Creo que se me nota la debilidad.


Gran Bar Electra.


La cubierta, por donde hacíamos algo, solo algo de ejercicio por la mañana.


Parte del Casino.


Teatro. Se ve pequeño en la foto, pero era enorme.


Bar Libra.


Calle de tiendas.


El que hizo estos pirindolos se forró porque está el barco lleno de estas lámparas.


Zona de ascensores.


Piscina cubierta con techo retráctil.


La parte de arriba de la piscina cubierta estaba con sofás y hamacas. Era un sitio muy agradable, si abajo no se hubieran dedicado los "animadores" a berrear y a hacer tonterías.


El comedor, en dos plantas. A nosotros nos tocó arriba.


Esperando a los compañeros de mesa.


La puesta de sol que se veía por la ventana.


Piano bar Antares. Qué buenos cócteles me he tomado aquí.


Bar Virgo. Aquí todas las noches una pareja tocaba de maravilla, ella el violín y él el piano.


Vista de la piscina.


La popa del barco.


Tomando el sol por el Mediterráneo.


Este era mi lugar favorito. Unos pequeños miradores acristalados con sillones, donde pude leerme varios libros y donde me tomé más de un vermut con los típicos frutos secos en botella. Las debieron de comprar por millones. 

En general fue una buena opción contrata con Costa. La atención perfecta y sobre todo, para los que no hablamos inglés (ya empiezo a estudiar el mes que viene) ni italiano, el hecho de poderlo hacer en español y que todos nos entiendan, es muy importante.

Zarpamos de Barcelona el 2 de mayo, y tras un día de navegación, llegaremos a Cádiz.