El café de Pièrre Loti era nuestro principal objetivo y para ello nos dirigimos al distrito de Eyüp, un barrio muy diferente de la parte más turística de Estambul. Aquí se encuentra uno de los centros principales de peregrinación para los musulmanes.
En Eminonü tomamos un ferry que nos condujo hasta allí.
Una vez llegamos a la plaza, el ambiente ya nos llamó muchísimo la atención. Pudimos ver a niños, que vestidos de príncipes, iban con sus padres a la mezquita para celebrar su circuncisión.
En la plaza, una gran fuente con cuatro piletas para abluciones. Se respiraba una gran religiosidad. Rodeamos la mezquita y nos fuimos hasta el teleférico. Se puede subir andando, pero es un buen camino cuesta arriba.
Y nos encontramos ya con el café de Piérre Loti, un lugar con unas vistas maravillosas sobre el Cuerno de Oro, del cual no entraban ganas de marcharse.
Nos tomamos un té de manzana e hicimos montones de fotos.
A la hora de bajar lo hicimos ya a pie. En esta colina se encuentra el cementerio de Eyüp, cuyas lápidas llenas de tulipanes, le dan aspecto más de jardín, que de un lugar donde reposan los muertos.
Como puede verse, el lugar es magnífico.
Otra vista.
Ya en la plaza, vimos los puestos de comida para las palomas, algo muy normal aquí.
La Mezquita de Eyüp, dedicada al portaestandarte de Mahoma, del cual se encontraron aquí los restos.
Comenzamos a volver al barco, y en las calles había puestos con reliquias, ropa y muchos objetos que no sabíamos para qué podían servir.
Seguimos hacia el barco.
Un vendedor de Simit.
Y nos vamos de nuevo a Eminonü.
En el ferry.
Por la tarde nos fuimos a Istiklal, que como siempre, estaba animadísima. Es una zona más de diversión que Sultanahmet.
Puesto de castañas. Hay muchos castañeros.
Los vendedores de helados hacen verdaderos juegos malabares con la pasta helada.
Me tomé uno, claro, y me vaciló el muchacho todo lo que le dio la gana. Fue muy divertido.
Una de las calles perpendiculares a Istiklal.
Iglesia católica de San Antonio, al fondo. La arcada central es el patio de una casa perteneciente a una española.
La iglesia por dentro.
Seguimos bajando. Puesto de Kebab.
En esta calle hay edificios muy lujosos y embajadas.
El tranvía rojo es muy popular.
Más castañas.
Camino a la Torre Gálata pasamos por una calle donde había muchas tiendas de instrumentos.
Y de fruta.
Otra tienda.
Una librería.
Ya tenemos aquí la torre. Tiene arriba un mirador circular.
Entramos después de guardar una cola considerable.
La vista es magnífica. Se ve el Serrallo, con las mezquitas de Sultanahmet y la torre de Topkapi. Enfrente, Asia.
Puente de Gálata.
Se puede ampliar la información, leyendo mi libro "El legado de Shenay: conocer Estambul".
