En los cruceros hay escalas de primer orden y otras de segundo, pero sin embargo esta, que la creíamos de relleno, resultó interesante, divertida y cómoda de hacer.
Warnemünde es una ciudad del norte de Alemania, conocida como el balneario de Rostock, situadas ambas a pocos kilómetros, en la desembocadura del río Warnow.
En la foto se puede ver a la entrada del estuario, la clarísima línea de la playa de Warnemünde, una de las más fotografiadas, por la blancura de su arena y por las cestas para el descanso que están por todas partes.
Yo fui en invierno y no las había, así que me conformé con comprarme una de resina, muy bonita, en una tienda de recuerdos. Pero para los que no sepáis de lo que hablo, os dejo una foto que no es mía, sino de Dirk Vorderstrasse. El famoso faro y la magnífica playa con las cestas.
En 1882 el cestero de la Corte Wilheim Bartelmann inventó el primer sillón para que una dama que padecía reumatismo pudiera disfrutar de la playa. Más tarde, su mujer comercializó estas cestas.
Nuestro crucero iba tocando a su fin.
He aprendido a convivir con los bolardos, jajajaja. Como puede verse, a mi Capitán no le importó cortarme la cabeza en aras de sacarlo favorecido.
Bueno, nos vamos a la estación,
Justo enfrente de donde atracó el barco estaba la estación, así que sacamos los billetes a Rostock. Pensamos que lo mejor era ver esa ciudad lo primero, volver a comer y pasear luego por Warnemünde sin problemas de tiempo.
En poco tiempo llegamos a la estación y cogimos la calle Rosa de Luxemburgo hasta el centro.
Rostock perteneció a la Liga Hanseática, y por su excelente enclave fue codiciada por otros países.
De frente. la Puerta de Piedra, de estilo renacentista neerlandés, se sitúa sobre una antigua puerta gótica.
Al lado, la Casa de las Clases Sociales, actual Tribunal Regionaal Superior, que fue sede del Parlamento de los Influyentes Estados de Mecklenburgo.
Este edificio más de cerca.
La Puerta de Piedra tiene por la otra parte el sello y el blasón de la ciudad. La inscripción es algo así como: "Domine en tus muros la armonía y el bienestar".
Plaza del Mercado Nuevo, con unos edificios preciosos.
El Ayuntamiento, que en época medieval eran unos grandes almacenes.
En la plaza nos encontramos la Fuente de la Gaviota (está arriba del poste central), que es lo más feo que he visto en mi vida. El escultor fue Waldemar Otto y están representados cuatro dioses del mar: Neptuno, Tritón, Nereus y Proteus. Dios Santo, qué pesadilla de figuras.
Entramos en la Iglesia de Santa María. Comenzó a construirse en el siglo XIII y tiene grandes panteones de gente noble.
Con dos campanas enormes. Se aceptan donaciones.
La iglesia estaba tapada por andamios, pero lo que se veía era espectacular
Un órgano impresionante del siglo XVIII
Altar Mayor en madera pintada.
Pila bautismal en bronce del siglo XIII
Fue una lástima encontrarla en restauración porque es magnífica.
Detrás del Altar Mayor, se encuentra este reloj astronómico, obra de Hans Düringer. Es el único en su tipo que funciona con el mecanismo original.
Las vidrieras son magníficas.
La Plaza de la Universidad. Fue la primera Universidad del norte de Europa. En esta plaza se encuentra la Fuente de la Felicidad, hecha por escultores de la ciudad.
Carrillón en la calle.
Me siguen llamando la atención las tapas de las alcantarillas. Rostock, ciudad hanseática.
Los tranvías están pintados de forma muy curiosa.
Bajamos hacia el puerto.
Las cestas estaban por todas partes.
Pensamos que sería buena idea volvernos en el ferry hasta Warnemünde y así lo hicimos fue un paseo precioso.
El Club de Yates.
Ya estamos llegando al puerto.
Aquí está nuestro bicho.
Por fin lo pudimos fotografiar entero, que era una misión casi imposible.
El símbolo de Rostock.
En el puerto hacían unas figuras de arena muy bonitas.
Esta tienda me encantó.
Me lo habría llevado todo.
Volvemos al barco a comer.
A la derecha está la playa. y el faro.
Nos tomamos el café y nos vamos,
Warnemünde significa Boca de Warnow, que es el río.
Nos encontramos con una zona de tiendas y cafeterías, llena de encanto. Me recordó mucho al Nyhavn de Copenhague.
Muchos barcos atracados a ambos lados del río.
Una pasada de sitio.
Con qué gusto estabn puestas las tiendas, los jardines, las casas...
El Faro de Warnemünde, de 37 metros de altura.
Lugares cera del faro. Vimos la playa pero estaba desierta porque hacía frío y no apetecía pasear por ella.
Daban ganas de quedarse aquí.
Esta fuente era como una procesión.
La Iglesia al fondo.
Esta cafetería era como una locomotora.
Y nos vamos volviendo al barco. Partimos con rumbo a Estocolmo.