16 de junio de 2017

Pastillas de caldo caseras

Después de varios intentos,  por fin he encontrado un modo de tener pastillas de caldo, exentas de todas las porquerías que traen las industriales. He utilizado la thermomix.

La receta que más circula por internet, es la siguiente:
300 gr de carne limpia
300 gr de verduras
300 gr de sal gorda
Laurel, perejil y otra especia que guste.
Lo primero que llama la atención es la cantidad de sal, pero no hay que olvidar, que en las industriales es el principal ingrediente, y en este caso, va igualado con los otros. Por otra parte, la sal es un conservante y se pueden dejar en el frigorífico, sin necesidad de congelar, hasta un año. No se estropean.
Pero... esta cantidad de sal, yo la encuentro excesiva. No podemos pretender que con esos ingredientes nos salgan tropecientas pastillas, que a mi modo de ver, no tienen la suficiente sustancia para hacer un buen caldo. Recordar que nosotros no le ponemos glutamato monosódico y por lo tanto, no potenciamos los sabores más allá de lo que hemos puesto. Y si ponemos más,  el caldo está salado, al menos para mí. Así pues yo he optado por una solución intermedia.
Primero he hecho un buen caldo con huesos y carne, que lo he reducido mucho.
La carne la he picado previamente, luego las verduras. He añadido  el caldo, y 30 minutos de cocción con varoma. Si después de ese tiempo sigue con algo de caldo, pues lo sigo reduciendo. Tiene que quedar como una masa. Se puede dejar así en un tarro, o formar pastillas. Eso dependerá del tiempo que se tenga.
Yo lo que he hecho ha sido extender la masa en una placa de horno y ponerlo dos horas a 150 grados. Puede parecer un engorro tanto trabajo, pero no olvidemos que tenemos concentrado para mucho tiempo.
Lo dejo enfriar completamente y lo trituro en la thermomix, con lo cual se queda con la textura que se ve. Como no lleva sal, y por lo tanto conservante, lo congelo en cubiteras.