Como todos los años, la reunión con los amigos de Bata fue un éxito. Ana Mari lo llevaba todo muy bien organizado y el día nos acompañó con un cielo espléndido y una temperatura ideal. Esta vez nuestro destino era Alcalá de Henares.
El guía nos estaba esperando y delante de la torre de Santa María nos fue explicando los orígenes de la ciudad y parte de su historia.
Está situada en la Cuenca del Henares, a treinta y un kilómetros de Madrid y es la tercera ciudad más poblada de la comunidad. Su nombre en árabe significa "Castillo sobre el río Henares", y se puede ver en su escudo. Los romanos la llamaron Complutum, y llegaron a convivir aquí tres culturas, la judía, la musulmana y la cristiana, que tenían su espacio propio en la ciudad.
La Universidad fue construida por el Cardenal Cisneros, confesor de Isabel la Católica, en abril de 1499, luego se trasladó a Madrid y en 1977 Alcalá volvió a ser Ciudad Universitaria. Estudiaron en ella entre otros, Calderón de la Barca, Quevedo, Jovellanos, San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, Tirso de Molina........
Tiene una Iglesia Magistral (Santos Justo y Pastor), única en el mundo junto con la de San Pedro de Lovaina (Bélgica). El título de Magistral se debe a que los integrantes de su cabildo debían de ser profesores o doctores, magister, de la Universidad.
Arriba, el grupo posando delante de la estatua de Cervantes, en la plaza del mismo nombre.
En la foto de abajo, el guía con el grupo, en la plaza que hay delante de la torre de Santa María.
La primera intención era visitar "Los Universos de Cervantes", exposición que se ubica en lo que fue la Parroquia de Santa María la Mayor, pero un problema en las puertas nos hizo encaminarnos al Corral de la Comedia, y dejar para más tarde esta visita.
El teatro se encuentra en la misma Plaza de Cervantes.
Era un patio de vecinos en el siglo XVII. Francisco Sánchez solicitó e 1601 transformarlo en corral de comedias. El escenario es original. El suelo era de guijarros, que pueden verse a través de los gruesos cristales con los que están protegidos. En el siglo XVIII los borbones cambian el aspecto del recinto, lo techan y ponen butacas. En el siglo XIX se tiran los aposentos y se construye de forma elíptica, como teatro romántico a la italiana. Es el único en Europa que sigue en uso, desde hace tanto tiempo. En un periodo funcionó como cine. Fue restaurado por Peridis y pertenece a la Comunidad de Madrid. Lo gestiona el Teatro de la Abadía.
Aquí puede verse el suelo protegido por cristal.
De teatro nos fuimos hacia la Universidad.
El Capitán y yo, delante de la fachada.
En el el Patio de Filósofos, el guía nos explicaba las cosas que íbamos a ver a continuación.
Sala Paraninfo, donde se entregan los premios Cervantes. Está decorada con estilo islámico, tanto el artesonado del techo, como la tribuna y los suelos.
Paraninfo significa "portador de buenas noticias". Era la persona que iba delante en la procesión de los graduados. Se puede ver la cátedra, de estilo plateresco. El examinando se ponía en el centro, a la derecha su profesor, y a la izquierda el catedrático que le examinaba. En la tribuna baja se ponían los profesores, y en la alta, los estudiantes.. Catedrático quiere decir "el que se sienta".
Detalle del techo.
Debajo de la tribuna alta, los nombres de ilustres estudiantes que pasaron por aquí.
La primera mujer Doctora en Arte y Letras fue María Isidra de Guzmán y de la Cerda, en el siglo XVII, hija de los Duques del Infantado.
En 1508 se impartió el primer curso.
Galardón que se concede a los premiados. El primero se concedió en 1976 a Jorge Guillén.
El suelo de la sala Paraninfo.
Antonio preparando su cámara.
Patio de Santo Tomás de Villanueva, que también estudió aquí. Ahora es el rectorado de la Universidad.
Patio trilingüe. Los estudiantes estudiaban griego, latín y hebreo.
Cuando salimos de la Universidad nos fuimos, a ver la exposición "Los Universos de Cervantes". Se recrea una calle de Alcalá, con los estudiantes vestidos según el colegio al que pertenecían. La iluminación le da un colorido muy particular.
Hay una sala de exposiciones temporales, y entramos en la Capilla del Oidor. Era una capilla funeraria, y se entra a ella por una magnífica reja y y un bellísimo arco mudéjar. Aquí se encuentra la pila donde fue bautizado Miguel de Cervantes, y en una vitrina de mesa, el Quijote, manuscrito por los alumnos de Alcalá. También hay expuestos diversos documentos, todos concernientes al escritor alcalaíno.
La pila bautismal. Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547 y vivió aquí hasta los cuatro años, que se trasladó a Valladolid junto con su familia. En la partida de bautismo pone: "Domingo nueve días del mes de octubre. Año del Señor de mill / e qnjs. e quarenta e siete años fué baptizado miguel/hijo de Rodrigo de çervantes e su muger doñar leonor fue/ron sus conpadres Ju.º pardo baptizole El R.do señor br.e/seRano Cura de nra. señora ts.º baltasar vasqz.sacrista/e yo q. le baptize e firme de mj nobre//
El bachillr. SeRano"
Después fuimos a recorrer la Calle Mayor. El casco histórico es la antigua aljama judía del siglo XII. Va desde la Plaza de Cervantes hasta la de los Santos Niños. Es la calle con soportales más larga de España.
Había un ambientazo enorme y daba gusto pasear por ella.
Tanto el casco histórico como la Universidad son Patrimonio de la Humanidad desde 1998, en reconocimiento de primera Ciudad Universitaria planificada como tal, que ha existido en el mundo.
Por la calle, de vez en cuando encontrábamos a músicos con dulzaina y tamboril.
Andando andando, nos encontramos con la casa de Cervantes y como todo guiri que se precie, nos hicimos la foto en el banco. Sonia, Antonio y yo, muy bien acompañados. Al lado se encuentra el hospital Antezana, el más antiguo de Europa en funcionamiento. En él trabajó como sangrador el padre de Cervantes, y actualmente tienen aquí su sede los Mensajeros de la Paz.
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De pronto vimos que nos habíamos separado del grupo, así que volvimos a buscarles y estaban en la plaza donde se encontraba la sinagoga. Fue destruida en un incendio, pero se conservan dos entradas.
Placa del barrio judío, en la calle mayor.
En la puerta de algunas casas de este barrio, se podía ver algo curioso, como muestra la foto: un agujero en el techo que servía de mirilla. Cuando tocaban a la puerta, se asomaban por ahí y echaban la llave.
Antonio, en la casa de Cervantes. Planta baja y alta, en torno a un patio donde se distribuyen las estancias. Se cree que vivió aquí, pero es sólo una recreación.
De allí nos fuimos al Palcio Arzobispal. Es la sede de la Diócesis de Alcalá y se encuentra en la Plaza del Palacio. Fue residencia temporal de los arzobispos de Toledo.
Aquí se celebro, en 1486 la primera entrevista entre Isabel de Castilla y Cristóbal Colón.
En este palacio nació Catalina de Aragón y Fernando I de Habsburgo. A la izquierda se puede ver la estatua de Catalina de Aragón. Esta foto es de Google.
Aquí ya se despidió el guía de nosotros y volvimos otra vez a la Plaza de Cervantes, para comer en el Casino.
Foto para recuerdo en el templete del siglo XIX.
Aquí se encuentra el Casino, que servía de lugar de reunión a los alcalaínos. En 1851 se creó la Sociedad de Codueños, a iniciativa de los ciudadanos, que decidieron salvar de la subasta los edificios más emblemáticos de la Universidad, y conseguir en un futuro, como así fue, la vuelta de la Universidad a Alcalá.
Curioso, la cantidad de cigüeñas que había. En la espadaña se ven unas cuantas.
Parte de la mesa donde estábamos sentados, con las hermanas Valenciano, Gloria y Carmen Pla. Lo siento, pero no recuerdo el nombre del caballero.
Tomamos cordero y unos entrantes muy ricos. Los postres fueron los típicos de la ciudad: costrada de Alcalá y rosquillas de Alcalá. Luego nos regalaron una caja de almendras garrapiñadas, que estaban para comérselas seguiditas una tras otra.
Terminamos de comer bastante tarde y nos dedicamos luego a dar una vuelta a nuestro aire. Antonio fotografiando una limousine que pasaba por allí, mientras cruza el paso de cebra Mercedita con su marido.
Última vuelta por los soportales de la Calle Mayor. Gracias por la foto, Carmen.
A la hora convenida fuimos hacia el autobús donde nos juntamos con el resto del grupo y ya de vuelta a Madrid.
Muchísimas gracias a todos por el día tan agradable que pasamos y especialmente a Ana Mari, que año tras año se esmera en dejarnos buen recuerdo de estas reuniones.
El año que viene repetiremos.