Llegamos a Hellesylt a las siete de la mañana. Esta excursión la teníamos contratada por el recorrido tan difícil de hacer por libre, y resultó estupenda, tanto de itinerario como de guía. El barco se detenía solo dos horas en esta ciudad, así que cuando bajamos, dejamos dicho en recepción que embarcaríamos en Geiranger. En el mapa se puede ver el trayecto que navegamos en rojo, y en malva el trozo de 15 kilómetros del fiordo de Geiranger.