Para variar un poco la forma de hacerlas, las vamos a probar con miel, pero con miel de caña, que se puede comprar en cualquier súper. Yo no tenía y por eso la mía se ve clarita, pero tiene más gracia con la de caña.
Otra cosa también importante, es que se tienen que sumergir en agua con gas. Son muy fáciles de hacer: cortamos las berenjenas en palitos, con la piel. Las lavamos bien en agua del grifo con sal, las escurrimos y luego las ponemos en un bol con agua con gas, teniéndolas ahí más o menos 40 minutos. Las volvemos a escurrir y las pasamos a una bolsa en la que habremos echado harina. Sacudimos bien y vamos poniendo los palitos en un plato. Las freímos, las pasamos por papel absorbente y finalmente las servimos con la miel de caña por encima.