Este año hicimos la reunión de Guinea en La Coruña y, como es nuestra costumbre, elegimos un sitio a mitad de camino para quedarnos a dormir y conocer otros lugares. En esta ocasión, la ciudad elegida fue Astorga, pero no podíamos pasar por alto visitar este pueblo tan encantador que estaba a tan solo ocho kilómetros de nuestro destino: Castrillo de los Polvazares.
Pertenece al municipio de Astorga, en la comarca de la Maragatería y estaba poblada por arrieros que llevaban sus mercancías en carros tirados por caballos a otros lugares. De ahí, los portones tan grandes que se ven en las casas. Fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1980, y su principal fuente de ingresos es el turismo y la artesanía. Muy vinculada también al Camino de Santiago por la Calle Real, que cruza el pueblo. Sus fachadas son de piedra, las calles empedradas que obligan a llevar calzado cómodo, y puertas adinteladas. Concha Espina eligió este lugar para recrear aquí su novela "La esfinge maragata".
Está prohibido que los turistas entren al pueblo con el coche, y por ello hay un párking a mano izquierda, según se llega, muy bien señalizado, antes de cruzar el puente.
Aparte de ser un sitio para pasar un buen rato paseando por sus callejuelas, fuimos todo el tiempo acompañados por el aroma inconfundible del cocido maragato. Hay muchos restaurantes donde se sirve esta potente comida, que pone patas arriba el orden de los platos a servir: primero las carnes, luego los garbanzos y las verduras, y por último la sopa.
Valió la pena la visita y el aroma.
Llegamos a Astorga al mediodía y nos hospedamos en el Hotel Gaudí, con unas vista estupendas desde la habitación. Mucho movimiento de peregrinos, ya que es un lugar de paso del Camino de Santiago, y una de las cabeceras de la Ruta de la Plata. Pertenece a la provincia de León.
Habíamos quedado con nuestros amigos Pepe y Pepa para comer, así que nos fuimos hacia la Plaza Mayor.
Aquí están esperándonos. La Plaza Mayor es rectangular y porticada en tres de sus lados. En ella se encuentra la Casa Consistorial, con dos torres gemelas y una espadaña central, donde se encuentra la campana que hacen sonar cada hora a golpe de mazos, una pareja de muñecos vestidos con el traje maragato, llamados Juan Zancuda y Colasa.
Nosotros también tuvimos nuestra foto para la posteridad en este lugar. La plaza se construyó donde se hallaba el foro romano, del que hay restos en el subsuelo.
Comimos muy bien en el restaurante Imperial.
Buena comida, buena presentación de los platos y buen servicio.
En la Plaza de los Sitios, monumento al héroe de la Guerra de la Independencia José María Santociles. El león, símbolo de las tropas españolas, tiene bajo sus garras al águila, símbolo de los ejércitos de Napoleón.
Museo Romano
Grafitis con el tema de la lucha contra los franceses.
Frente al anterior grafiti, otro copiado de una fotografía de 1927, donde se ve a las cajilleras que forman las cajas de las mantecadas de Astorga.
Vamos yendo hacia la catedral y pasamos por el Museo Casa Panero. Leopoldo Panero fue un poeta español leonés.
Desde esta calle llegamos a la Catedral de Santa María, Sede Episcopal de la Diócesis de Astorga. Comenzó a construirse en el siglo XV por la parte de la cabecera y fue pasando por distintos estilos hasta finalizar en la fachada barroca del siglo XVIII. Las torres tienen más de 60 m de altura y están coronadas por chapiteles de pizarra. Tiene tres puertas abocinadas, siendo mayor la central. La cabecera se orienta al noroeste, cosa muy poco habitual. Es Monumento Nacional desde 1931.
Pepa y yo admirando la magnífica decoración de la portada principal.
Retablo Mayor obra de Gaspar Becerra.
Capilla con un retablo hispanoflamenco.
Virgen de la Majestad. Talla románica del siglo XII en madera policromada y revestida de plata.
Coro de estilo flamenco con sillería de nogal.
El órgano, desde el coro.
Las naves laterales son bastante más estrechas que la central.
Reloj de sol y luna obra de Bartolomé Hernández del año 1800.
Marca las veinticuatro horas del día según la esfera, y las fases lunares.
Trascoro, con la Virgen de Valvanera y Santo Toribio arriba.
Claustro
Museo catedralicio
Cruz procesional
Salimos de la catedral y vamos a dar una vuelta por la ciudad.
Junto a a catedral está la iglesia de Santa Marta, patrona de la ciudad, y al lado la Capilla de San Esteban. Entre los dos edificios hay una reja.
Es la Celda de las Emparedadas. Mujeres que se recluían en vida como penitencia. Es la única que queda en España. En la piedra superior pone:" Acuérdate de mi juicio, porque así será también el tuyo. A mí ayer, a ti hoy".
Muy cerca de la catedral se encuentra el Palacio Episcopal, obra de Gaudí.
Juntos los dos edificio más importantes de Astorga.
En uno de los pináculos de la catedral está la figura de un maragato llamado Pedro Mato, que según dicen ayudó con comida y armas a los del pueblo en su lucha contra los franceses.
Albergue de peregrinos.
Escultura de bronce "Quo Vadis el Caminante", frente al albergue.
Maternidad
Iglesia de San Bartolomé.
En la Plaza de San Bartolomé columna a Octavio Augusto. Cuando llegó a Astorga, le dio su nombre: Asturica Augusta.
Iglesia de San Francisco
Junto a la Iglesia de San Francisco, Capilla de la Veracruz, donde se encuentra el Museo de la Semana Santa.
Fuente en el Jardín de la Sinagoga.
Desde el Parque Melgar se pueden ver las murallas y el conjunto de la catedral y el palacio episcopal.
Casa Granell, donde vivió el famoso chocolatero.
Museo del Chocolate. Lo visitamos anteriormente y dan ganas de probarlos todos.Esta vez no entramos.
Preciosa la iluminación nocturna de estos edificios. Y nos vamos a la cama, que tenemos que madrugar. La Coruña nos espera.