La ciudad está situada en la bahía de Cádiz, junto a la desembocadura del río Guadalete, y muy ligada a los viajes de ultramar que se hicieron en los siglos XVII y XVIII. Se convirtió en un importante puerto exportador y mercantil de productos de la zona y, en el intermediario, entre el interior de la península y el continente europeo con las tierras americanas. A los comerciantes que hacían estos viajes se les llamó "cargadores a indias". Amasaron grandes fortunas y construyeron magníficos palacios. Tanto es así, que se la conocía como "la ciudad de los mil palacios".