16 de agosto de 2025

Pueblos Blancos: Arcos de la Frontera y Ubrique

 

 Es el municipio más extenso de la provincia de Cádiz y está situado en lo alto de una peña sobre una hoz del río Guadalete, a más de 100 m de altura. Es el punto de inicio de la Ruta de los Pueblos Blancos. Mantiene el aire musulmán en sus calles estrechas y empinadas, en los restos de la muralla que lo rodeaba, y en el antiguo alcázar, denominado hoy día Castillo de los duques de Arcos. El nombre de la ciudad lleva irremediablemente al equívoco, ya que se da por hecho que el nombre de "arcos" viene dado por la cantidad de ellos que hay en las edificaciones, pero no. Los romanos la llamaron Arx-Arcis, que quiere decir fortaleza en altura; después los árabes la llamaron Medina Arkos y, como era la frontera entre moros y cristianos, pues de ahí el nombre: Arcos de la Frontera.

Esta primera foto es de Arcos Turismo, y la he puesto para dar una idea de donde se encuentra,´. 
 
 
 Empezamos a subir... que se sube mucho, pero que mucho, y recomiendo llevar calzado adecuado para no tener los problemas que tuve yo, con fascitis plantar bastantes meses. Esta es la calle Corredera y, a la izquierda se puede ver la Iglesia y el Hospital de San Juan de Dios.
 

 La entrada del hospital
 

 La Puerta Matrera, antigua Puerta de jerez, separa la parte alta y baja de la ciudad. Aquí empieza la Cuesta de Belén.
 

 Subiendo con unos amigos la Cuesta de Belén. A la derecha está la Oficina de Turismo.
 

 Calle Marqués de Torresoto.
 


 Hay rincones preciosos. Donde está la estrella, ponen un belén todo el año. El belén artístico de El Camborio.
 




 Los arcos están presentes en toda la ciudad.
 

 Hay varios miradores, porque las vistas desde arriba son fantásticas. Este es Abades, y me hizo mucha gracia la entrada.
 

 Ya estamos llegando arriba. El Callejón de las Monjas. A la derecha, portada del Convento de la Encarnación. Al fondo ya, la Plaza del Cabildo.
 

 El la plaza, la Basílica de Santa María de la Asunción, levantada sobre los restos de una mezquita Es el templo más antiguo de Arcos.
 

 Ayuntamiento de Arcos de la Frontera. Por detrás se puede ver parte del castillo, que también se encuentra en la parte más alta.
 

 Una de las portadas del ayuntamiento.
 

 Plaza del Cabildo. Cuando fuimos servía de aparcamiento, cosa que ahora, menos mal, se ha prohibido. A la derecha se encuentra el parador de turismo.
 

 Frente a la basílica está otro de los miradores, para mí el más espectacular por la altura.
 

 Presa de Arcos
 

 El río Guadalete serpenteando en las faldas de la peña.
 

  Castillo de los duques de Arcos, junto a la basílica. A la derecha, la Iglesia de San Pedro.
 

 Fachada de los pies de la basílica.
 

 Otra de las cosas que me llamaron la atención fueron los guardacantones para proteger las esquinas de las calles. Son columnas de distintos estilos.
 

 Galería de arte San Pedro.
 

 Iglesia de San Pedro
 

 Palacio del Mayorazgo
 

 Palacio del conde de Aguila
 

 Es una verdadera joya
 

 Las calles y las casas con mucho encanto.
 

 Monumento a la Semana Santa
 

 Salón Cultural San Miguel, antigua fortaleza árabe hasta el siglo XV, que se transformó en mezquita. Fue luego iglesia y hospicio para niñas huérfanas. Actualmente es una sala de exposiciones.
 

 Aquí estamos Mari y yo esperando que vengan a recogernos, porque los pies no daban más de sí.
 
 
 Bueno, pues muy bonita esta ciudad. Con unos monumentos muy importantes, en perfecta armonía con la sencillez de las casas encaladas. Me gustaría volver, pero con mejor calzado. Ahora nos vamos a Ubrique, que tampoco va mal de cuestas, pero merece la pena.

 UBRIQUE

Siguiendo la Ruta de los Pueblos Blancos que habíamos empezado en Arcos de la Frontera, llegamos hasta Ubrique, aproximadamente a 40 kilómetros un municipio de otro. Se encuentra entre la Sierra de Grazalema y Los Arcornocales.

En el siglo XVIII se instalaron aquí muchas fábricas de piel, que siguieron la tradición musulmana de la marroquinería. Es uno de los mayores centros de trabajo de la piel en Europa, y fabrica para las marcas más importantes del mundo: Loewe, Louis Vuitton, Dior, Chanel... entre otras. Hay un museo dedicado a esta industria, en el antiguo Convento de Capuchinos. Y si queremos llevarnos un recuerdo de Ubrique, en la Avenida de los Callejones se ubican la mayoría de los comercios.


 En esta avenida se encuentra el edificio ABC, que recibió el nombre de El Santamaría en honor a un emprendedor manchego que llegó a este pueblo en 1916, y que creó aquí una de las fábricas más importantes  de piel.
 

 En la entrada al edificio hay unos jardines con una fuente central y unos bancos realizados en azulejos con escudos, flores, animales y secuencias del Quijote y Goya.


 El casco histórico, con un trazado medieval, donde el entramado de calles empedradas y empinadas, las casas encaladas, los balcones de forja y las flores que surgen en cada rincón, le han valido ser Bien de Interés Cultural.
 

 Si las calles de Arcos de la Frontera nos parecieron empinadas, estas no le van a la zaga.
 

 Plaza del Consistorio, con el ayuntamiento situado en un extremo de la plaza y construido a principios del XIX. Adosado a él, la Fuente de los Cuatro Caños.
 

 Fuente de Carlos III, llamada también de los Cuatro Caños, construida de piedra arenisca labrada en 1727, de una sola pieza.
 
 
La Casa de los Azulejos data de 1925, y tiene representaciones de la mitología romana y adornos florales. 
Hicimos la visita con amigos guineanos, y aquí se nos puede ver a Sonia y a mí. Como siempre, yo con el plano, aunque aquí no me servía de mucho. 
 

 Y en una esquina de la plaza, además del repartidor de embutidos jeje..., podemos ver la espadaña de la Ermita de San Antonio, que es el símbolo de la ciudad. Más tarde tendríamos ocasión de verla mejor desde uno de los miradores que existen en la sierra.
 

 La Ermita de San Antonio es el templo más antiguo de Ubrique, que comenzó su construcción a principios del siglo XVI. Es visible prácticamente desde todos los puntos de la ciudad.
 

Cruz enrejada en la Calle de la Guindaleta.

A veces se nos hacía difícil saber si estábamos por arriba o por abajo. Era como un laberinto.


 
Estas fotografías son de Ubrique Turismo, pero es que me parecieron preciosas.


Para arriba y para abajo.
 

 El casco histórico es muy fotogénico, pero yo pensaba todo el tiempo en que la gente que viviera aquí tendría muy buenas piernas.
 

 Otra cosa curiosa es, cómo se han adaptado las viviendas al terreno.
 

 Como aquí. El Peñón de la Becerra es una roca enorme que sobresale en la fachada.
 

 La Calle Real
 
 
 Plaza de la Verdura, situada en el corazón del casco histórico. Antiguamente, los aldeanos vendían aquí los productos de sus huertas. En el centro hay una cruz enrejada y, al frente, puede verse una placa del Café Janeiro, que se encontraba aquí.
 

Cada rincón más bonito que el anterior.
 

 Antiguo Convento de Capuchinos, actualmente Museo de la Piel.
 
 
El Arroyo Seco pasa por el centro de Ubrique, tomando aquí el nombre del pueblo.
 

 San Juan de Letrán, Centro de Interpretación de la Historia de Ubrique.
 

 Desde el Mirador del Tajo de Ubrique, se ve una panorámica estupenda del municipio. A la izquierda, en lo alto de la sierra, se puede ver la Ermita del Calvario, que antes era la última estación del Vía Crucis que partía de la Ermita de San Antonio, recorriendo la sierra.
 

Vista de Ubrique desde otro de los miradores.
 

En Ubrique hay unas ruinas romanas que no visitamos por problemas de tiempo. 
Después de todo un día de excursión, nos volvimos al Puerto de Santa María donde teníamos el hotel. En cuanto al tiempo, mucho calor, aunque por la tarde se nubló bastante, lo cual fue un alivio. 
Y ya nos despedimos de esta excursión. Dos pueblos muy bonitos, pero para tener unas piernas estupendas, si se vive en el casco histórico.