18 de abril de 2010

Los orígenes de Madrid

Hoy empiezo uno de los temas que más me gustan, y espero saber contagiar a los que queráis leerlo, de todo lo bueno que dentro de mí despierta esta ciudad, que sin ser la de mi nacimiento, se ha convertido en parte de mi vida. Aquí vivo y aquí han nacido mis hijas y mis nietos. ¡Qué privilegio!
No pretendo que se convierta en una clase de historia, aunque será necesario hilar de vez en cuando los acontecimientos populares con los hechos históricos.

Existen restos en Madrid desde 100 años AC.
Según la fueron poblando los distintos habitantes, le dieron un nombre: los griegos la llamaron Mantua, que significa origen o principio; los romanos, Miacum, que quiere decir fuego; los visigodos , Matrice, o matriz; y por último los árabes la denominaron Magerit, o Mayrit, que significa agua.

Hay unos lemas, que hablan de su origen: "Fuí sobre agua edificada, mis muros de fuego son". En aquel entonces en Madrid había muchos riachuelos y aguas subterráneas, que todavía existen, y como la muralla estaba edificada con pedernal, al recibir las flechas enemigas saltaban chispas, que de lejos y con el sol simulaba al fuego, pues de ahí el lema.
Existe otro: "Madrid, la osaria, cercada de fuego y fundada sobre agua", haciendo también alusión a los osos que poblaban la zona.

Durante la invasión musulmana, las tropas, en su avance, ponían enclaves para la defensa, y Madrid fue uno de ellos, aunque en realidad era una especie de atalaya para la defensa de Toledo, que era más importante entonces.

En el siglo IX el Emir Mohamed I fundó Madrid como uno más de los puntos fronterizos para la defensa.

En el siglo X existe ya una pequeña ciudad (almudaina), con un castillo moro, un zoco, una mezquita y viviendas; todo ello rodeado por una muralla con sus puertas de acceso. Hecha con pedernal y verdugados de ladrillos , con 150 torres y puertas acodadas, para dificultar los ataques, en las salida a los caminos más importantes, y que luego se convirtieron en las calles principales de la ciudad.

El castillo estaba situado aproximadamente por la parte trasera de lo que hoy es el Palacio Real, arrancaba la muralla en la Cuesta de la Vega, parte de lo que hoy es la calle Segovia, Cuesta de los Mancebos, subía hasta la actual Calle Mayor, y volvía al castillo.

Existían 3 puertas importantes: Puerta de la Vega, Puerta de Sta. María, y Puerta de la Sagra.

Los árabes nos dejaron algo muy importante como fueron los viajes de agua, que eran unas conducciones subterráneas que aprovechaban las aguas del subsuelo y los desniveles de altura, para abastecer de agua a la ciudad. Las galerías eran de altura similar a la de un hombre, recubiertas de grava o de ladrillo y tenían una serie de poros abiertos al exterior.

En la Plaza de los Carros, existe aún uno de estos viajes, que se ha cubierto para protegerlo.

Después de una serie de intentos de Ramiro II, es Alfonso VI quien en el año 1083 logra tomar la ciudad, ayudado por los mozárabes, que treparon por las murallas "como gatos", y de ahí viene el apodo dado a los madrileños.

Desde este momento, aunque convivan judíos, mozárabes y cristianos, se habla ya de una ciudad cristiana.

La Mezquita es convertida en la Iglesia de Sta. María en el centro de lo que hoy es la C/ Bailén, frente a la Catedral de la Almudena y que se derribó cuando se remodeló esta calle. Existe allí, al lado de los restos hallados, que están bajo un cristal, una placa en la pared que lo indica.

En uno de los torreones de la muralla, apareció una virgen, en lo que era la almudaina o ciudad árabe, y se le llamó La Almudena. Se la llevó a la Iglesia y ésta pasó a llamarse Santa María de la Almudena, que es también el nombre de la actual Catedral de Madrid.

El Castillo moro se transforma también y se edificó un Alcázar, que sería residencia de los monarcas hasta el incendio acaecido en el año 1734. El primero en habitarlo fue Pedro I el Cruel, en el sigo XIV.

En el plano que pongo, se puede ver en naranja, la almudaina, en rosa, la medina y en amarillo el barrio mozárabe.
La mezquita se ve en verde en el centro de la almudaina, y en la muralla se ven las tres puertas. Ya se pueden entrever las calles principales.


Y nos quedamos en el siglo XII antes de que se construya la segunda cerca.