Llegamos pronto a Stavanger, ciudad que había despertado una gran curiosidad en nosotros, por ver de cerca, aunque no tanto como nos hubiera gustado, esa roca plana en el Lysefjord, cerca de la ciudad.
Entramos en el puerto. Stavanger está situada al noroeste de Noruega, y es considerada la capital de del petróleo. Es la cuarta ciudad de Noruega, con 120.000 habitantes, y antiguamente fue un importante centro de la industria sardinera.
Habia atracados unos cruceros magníficos como el de la foto.
Desde el barco se podía ver el Museo del Petróleo. Como el barco atraca en el mismo centro de la ciudad, no tuvimos ningún roblema para movernos por ella, y llevábamos claro lo que nos interesaba ver.
En la margen derecha, mirando hacia el fiordo, ss encuentran estos almacenes portuarios, que se utilizaban antiguamente como depósitos de arenques.
Teniamos reservado el paseo en ferry por el fiordo de Lyse y nos dirigimos a la parada. Frente a nosotros se veía el Museo Marítimo y quedamos en visitarlo a la vuelta de la excursión. Esta foto no es buena porque la he sacado de google para localizar el sitio de la parada.
El barco era muy comodo y nos dispusimos a descubrir el fiordo.
Pasamos primero por el Hogsfjord, donde los muchas familias de Stavanger tienen sus casas de verano, y enfilamos una continuacion el de Lyse.
En el folleto se aprecia el recorrido del barco, aunque no llegamos hasta el final. El Día era muy desagradable, aire frío y lluvia.
Las paredes se iban haciendo cada vez más altas e imponían bastante. Este fiordo tiene una longitud de 42 Kilómetros , y su nombre significa "luz". En el último periodo glacial el hielo en Noruega alcanzó los 2.000 metros de espesor.
Durante el verano hay cabras por los alrededores del Púlpito
Comenzamos a ver a la derecha de la foto, su forma cuadrada. Si la condición física lo permite, lo ideal es subir a pie, aunque el camino es bastante dificultoso y en se tarda alrededor de tres horas en la subida.
Aquí lo tenemos más cerca. Es uno de los destinos turisticos más famosos de Noruega.
Las cascadas nos acompañaron durante todo el recorrido.
Esta foto es impresionante porque se puede ver a las personas que hay sobre la roca. Da vértigo mirar ciertas imágenes donde la gente se sienta tranquilamente al borde, sin preocuparse de que estan a 604 metros de altura. El único accidente tuvo como triste protagonista a un español de Valladolid, quien se precipitó al vacío mientras intentaba hacerse una foto. Fatalmente, murió.
Como osotros solamente lo vimos desde abajo, esta foto de Internet da una idea perfecta de las vistas que se pueden divisar desde aquí. Probablemente, la acción del hielo en la roca origino el Pulpito hace 10.000 años. El borde del glaciar se encontraba justo encima de la montaña.
Dimos la vuelta y dijimos adiós al Preikestolen. Si hubieramos seguido adentrándonos en el fiordo, nos habríamos encontrado a mano derecha con la enorme piedra redonda atrapada entre dos rocas, a una altura de 1.000 metros, llamada Kjeragbolten, tan popular como El Pulpito, donde los más osados se hacen fotos espeluznantes.
De nuevo en tierra, nos quedamos un rato por el puerto.
Y como teníamos previsto, entramos en el Museo Marítimo, decisión no muy acertada. Es el más feo y cutre que he visto, y juro que llevo a mis espaldas unos cuantos.
A la salida habia un libro de firmas y aparte de firmar, escribi mi opinión sobre este museo.
Algo que nos gusto muchisimo fue ver las huellas de los Premios Nobel de la Paz, que estaban repartidas por toda la plaza del puerto. Las del Dalai Lama
Las de Al Gore.
Tras un pequeño descanso, nos encaminamos hacia la parte antigua de Stavanger (Gamle), en la margen izquierda del puerto, mirando hacia el fiordo.
Infinidad de casas de madera pintadas de blanco, con unas calles cuidadísimas.
Fue difícil elegir hacia donde enfocar las cámaras. Con qué gusto estaban decoradas. Las flores inundaban todos los lugares.
Un jardin, con un crucero al fondo.
Cruce de calles.
Cual de todas mas bonita.
El podólogo.
Las casas rivalizan en las decoraciones florales.
Pero este rincón fue mi favorito.
Y como en todas las ciudades que visitamos, las tapas eran muy originales.
Aquí estamos comentando precisamente ese detalle.
Bueno, nos vamos yendo, que el tiempo apremia. Cerca de aquí se encuentra el Museo de Conservas, único en el mundo.
Pasando a la parte de enfrente en el puerto, nos dispusimos a ver otra cosa que como puede verse, era muy llamativa: un barrio con las casas de distintos colores, que le daban un aire casi de cuento.
Muchas cafeterías y chocolaterías en la calle multicolor.
¿Verdad que es un sitio precioso?
Un último vistazo a la calle y volvemos hacia el puerto.
Era la Torre Valberg, un puesto de vigilancia, que se utilizaba para la prevención de incendios. Hoy es una galería de arte privada.
De vuelta, pasamos por un bar cuyo rótulo nos llamó la atención.
Regresamos al barco y nos encontramos con los excursionistas del Preikestolen. Todos coincidían en que fue una experiencia maravillosa, pero llegaron exhaustos despues de tres horas de dificiles caminos por subir, Con la dificultad añadida de la lluvia y de los resbalones.
Mañana descansaremos porque es día de navegación. Y pasado nos espera Malmö.