24 de febrero de 2018

Malta




Cuando visitamos Rodas me interesó mucho la historia de los Caballeros de San Juan, llamados también Caballeros Hospitalarios, y esa era una de las razones que me llevaron a Malta, para continuar conociendo algo más de ellos.

La república de Malta es una isla de la UE perteneciente a un archipiélago situado al sur de Italia. Por su situación estratégica, ha sido gobernada y disputada por diversas potencias a lo largo de los siglos.
Consiguió la independencia en 1964 y formó parte de la UE en 2004.
El origen de su nombre puede deberse al nombre que le dieron los griegos, Melite, haciendo referencia a la calidad de la miel que se producía aquí.
Las islas más importantes de este archipiélago son Malta, Gozo y Comino.
Se habla maltés e inglés, aunque muchos de sus habitantes hablan también italiano.
Fue conquistada en 870 por los árabes y, luego en 1090, los sustituyeron los normandos de Sicilia, por eso muchos colonos sicilianos se trasladaron a Malta, creándose así la nobleza maltesa, de origen italiano.
En 1282 pasó a la Corona de Aragón junto a Sicilia, permaneciendo así dos siglos y medio.
En 1523 los Caballeros de San Juan fueron expulsados de Rodas por Soleimán el Magnífico, quedando la Orden sin un lugar donde establecerse y vagando durante siete años por el Mediterráneo.
En 1530, el Emperador Carlos V les cedió la isla de Malta, a cambio de un halcón que debían enviarle cada año, y la promesa de no alzarse contra príncipes cristianos. Así, la Orden de los Caballeros de San Juan, pasó a denominarse la Orden de los Caballeros de Malta.
En 1565, comandados por Jean Parisot de la Vallete, pudieron resistir el ataque de los otomanos, gracias a la ayuda del ejército español.
Para proteger la isla de futuros desembarcos enemigos, se construyó una ciudad fortificada llamada La Valeta, en honor al Gran Maestre.
Francia conquistó Malta en 1798, rindiéndose la isla a Napoleón y este tomó la ciudad. Los franceses saquearon sus arcas, pero los Caballeros no hicieron nada por la promesa hecha al Emperador.
Los británicos enviaron una flota y vencieron a las tropas francesas en 1800. Inglaterra convirtió este territorio en su protectorado y en 1814 la isla pasó a formar parte del Imperio Británico.
Malta desempeñó un importante papel en la 2ª Guerra Mundial y Jorge VI le otorgó el 15  de abril de 1942, la Cruz de San Jorge, que ostenta en su bandera.
Se independizó en 1964, pero hasta 1974 los británicos  siguieron ejerciendo el poder y control de los medios de comunicación, puertos y aeropuertos.
A partir de 1974, se convirtió en una república dentro de la Commonwealt. El 31 de marzo de 1979 salieron definitivamente los ingleses y Malta, por primera vez en su historia, no tenía en su territorio bases militares extranjeras. Este acontecimiento se celebra como "El día de la Libertad".
Pongo una foto de Google Maps para que se pueda entender claramente lo inexpugnable de este puerto. A la entrada, en La Valeta, está el Fuerte de San Elmo. Enfrente, hay tres ciudades, cada una con su fortaleza: Senglea, Birgu (Vittoriosa) y Kalkara.


Puede verse claramente lo difícil que lo tenían los enemigos para acceder al puerto.

Entrando a La Valeta.


El día se presentaba muy lluvioso, pero era lo de menos.


Salimos al puerto y cogemos un autobús a Mdina, la que llaman "Ciudad silenciosa".


El autobús nos dejó en el Museo Domus Romana.


Entramos en la ciudad amurallada. Mdina fue la capital de Malta hasta 1570. A partir de esa fecha, la capital es La Valeta.
Es una ciudad fortificada con numerosos palacios y ahora es residencia de aristócratas y gente adinerada.





Museo de Historia Natural.






Desde este mirador se ve Rabat.


Se pueden contemplar muchas imágenes en las esquinas a lo largo de la ciudad.



Palazzo Falzon


Catedral de San Pablo




Capilla de Santa Ágata


Palacio de Vilhena



Comisaría de Policía de Mdina.


Puerta de la ciudad


San Pablo, muy ligado a Malta.


Mi Antonio fotografiando unas aldabas preciosas. Obsérvese que sobre el timbre hay un artilugio del cual se tira, y que seguramente sonará en el interior de la casa.


Foso de la ciudad.





Pasarela sobre el foso.

Puerta de las Bombas, camino de La Valeta.


Iglesia de San Publio


Monumento al Día de la Libertad



El Bastión de Jonh.



Comenzamos la visita en la Calle de la República.




Santa Caterina de Italia


Capilla de Nuestra Señora de las Victorias.


Plaza de Castilla. Albergue de Castilla, llamado así por los antiguos Caballeros, porque aquí se alojaban castellanos, aragoneses y portugueses. 
Actualmente alberga la oficina del Primer Ministro de Malta.


Edificio de la Bolsa


Jardines Upper Barracca, un mirador sobre el puerto de La Valeta.


Desde los jardines se puede ver de frente el Fuerte San Ángel.


Aquí vemos la torre vigía de Senglea.


Otro aspecto de los jardines. Abajo, calles de La Valeta.


La fila para  entrar a la Concatedral de La Valeta. La antigua catedral se encuentra en Mdina. muchísima gente para verla, pero merecía la pena.



Los suelos son tumbas ricamente decoradas, con los datos o ejemplo de vida de los fallecidos, grandes maestres de la Orden de Malta.




Capilla de Aragón


Los estucos y las figuras se hicieron dentro de la misma iglesia.



Plaza de San Jorge


En los extremos de la plaza hay dos fuentes gemelas.


Monumento al 7 de Junio 


Palacio de los Grandes Maestros, que actualmente es el Palacio Presidencial.


Casa de las Palomas, o Albergue Verdelín.


En otro lado de la plaza se encuentra el edificio de la guardia.



Plaza de la República, con la estatua de la Reina Victoria. Detrás, la Biblioteca Nacional.


Estatua de Jean Parisot de la Vallete


Había una cumbre europea, y ese era el coche oficial de la delegación española.



En los jardines Upper Barracca hay un ascensor para bajar al puerto, y lo tomamos porque estábamos muy altos. A la derecha, el Spléndida.


Una vez abajo, vamos camino del puerto.


El barco nos espera, y con muy pocas ganas, dejamos Malta.



Mientras abandonábamos el puerto, pasamos por la línea de Cotoneras ( Kalkara, Vittoriosa y Senglea), admirando una vez más la peculiaridad de esta isla.


El jardín de Guardiola con su bastión y su torre de vigilancia en Senglea.


Ahora vemos el Fuerte Lascari y Las Barraccas con el ascensor.


Dejamos atrás el Fuerte Ricasoli.



La estela de nuestro barco va desdibujando la silueta de la ciudad. Mañana tendremos un día de navegación y nuestro crucero tocará a su fin.
Me marcho de aquí con la sensación de haber satisfecho mi curiosidad y cerrado el círculo que abrí en Rodas.