17 de marzo de 2021

Gandía y Palacio Ducal (Valencia)

 

Ante todo, reconocer que nosotros no somos muy de playa, pero por diversas circunstancias, un verano nos vinimos a Gandía, a un apartamento en primera línea, y lo primero que hicimos fue, dadas las vistas, comprar una sombrilla y dos tumbonas, decididos a pasar la mañana tumbados al sol sobre la arena. También fue un aliciente, la cercanía a sitios muy interesantes para visitar.

Y cogiendo todos los pertrechos playeros, nos fuimos decididos a ponernos morenitos con la brisa del mar. Gandía tiene una playa impresionante de grande y de bonita, pero... Cuando no llevábamos ni una hora allí tumbados, nos miramos preguntándonos qué hacíamos nosotros allí. Recogimos todos los trastos y nos subimos a la terraza de nuestro apartamento a tomarnos una cerveza tan ricamente. Ese día fue el único que estuvimos en la playa y, a partir de ahí, nos dedicamos ya a las cosas que nos gusta hacer.

En el mercado que hay en la Plaza del Prado, nos compramos unas piezas de fruta.

Paseo de las Germanías

Edificio de Fomento de Agricultura, Industria y Comercio, con casi 100 años de historia. Es la sede de asociaciones empresariales, profesionales y culturales.

Casa de la Cultura Marqués González de Quirón

Jardín de la Marquesa, en la Casa de Cultura

Con todo el calor que hacía, encontramos un jardín maravilloso, con sombras, agua y un fresco que nos devolvió las ganas de seguir pateando la ciudad. Un lugar muy agradable.

En el jardín había una pérgola en el centro con bebidas, y nos supo la cerveza a pura gloria.

Escultura del Tío de la Porra, que es un personaje de ficción, que llama a la celebración de las fiestas en Gandía.

Llegamos a la Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento y la  Colegiata de Sta. María, llamada también La Seu, un edificio gótico valenciano.

 El Ayuntamiento es un edificio neoclásico, cuya fachada es la única parte original que se conserva. En su parte media tiene cuatro columnas, inspiradas en los templos griegos, con un medallón circular. En la parte superior hay cuatro bustos, representando las cuatro virtudes cardinales: justicia, fortaleza, prudencia y templanza.

 A la izquierda hay una estatua de San Francisco de Borja, que no se ve muy bien porque está sobre el fondo oscuro de uno de los arcos.

Aquí se ve mejor. Un homenaje al IV Duque de Gandía, Grande de España, Marqués de Lombay y Virrey de Cataluña. Todo eso era Francisco de Borja. Hay muchas cosas en Gandía que llevan su nombre.

Los Duques Reales de la Corona de Aragón, tuvieron en Gandía su residencia principal. En 1485, el cardenal Rodrigo de Borgia, futuro Papa Alejandro VI, adquirió el ducado de Gandía para sus descendientes, estableciendo la dinastía de los Duques de Borja, hasta el año 1740. Destaca el IV duque, Francisco de Borja.

Fuente en el Paseo de las Germanías

Una casa con una fachada muy peculiar.

Ahora vamos a ver el Palacio Ducal. Además de ser un monumento visitable, es también un colegio de enseñanza: Colegio Borja.

Entrada al palacio. Sobre la puerta de acceso al zaguán, el escudo de los Borja.

Parte del Patio de Armas. A la derecha, la escalera de honor

La escalera de honor conduce al Salón de Coronas. Las ventanas sobre la escalera, son originales.

Debajo de la escalera de honor, hay tres huecos de distinto tamaño. En este hay un escudo de cerámica con los entronques de la familia. A cada lado del escudo, dos altorrelieves que representan dos parábolas del Nuevo Testamento.

En este hueco hay un pozo


 La escalera por donde accedimos al palacio.

Y encontramos este panel de cerámica, en la Sala de la Cinta, donde se pueden ver los escudos de Aragón y de Sicilia. Era una sala importante, donde se recibía a personajes ilustres.

En lugar de subir por la escalera de honor, lo hacemos por la de caracol que hay en la Sala de las Cintas, donde hay unas pinturas murales góticas, las más antiguas del edificio, de los siglos XIII y XIV.

Accedemos al Salón de Coronas, llamado así por las dobles coronas del artesonado. Alrededor de toda la sala hay una inscripción que dice: "Corred, de manera que podáis ganar el premio, ya que no será coronado sino aquél que se apresure según la Ley".

Es una habitación que cumplía las funciones de salón de reino y se despachaban los asuntos más importantes en tiempos de San Francisco. En el cuadro aparece como duque de Gandía, ataviado como comendador de la Orden de Santiago, pintado por el jesuita Martín Coronas Pueyo, a principios del siglo XX. Este artista hizo numerosas restauraciones en este palacio y pintó también las telas que cuelgan de las paredes de esta sala, que narran episodios de la vida de San Francisco de Borja.

Detalle del techo donde se aprecian las dobles coronas ducales.

Azulejos mudéjares del siglo XVI

Otra parte del salón

Capilla Neogótica. Aquí tenía su despacho Francisco de Borja. Cuando a Compañía de Jesús compró el edificio, se hizo en este lugar una capilla consagrada a él.

En los muros hay pintadas figuras de santos.


 Otra vista de la capilla. A la izquierda se puede ver la cama de la celda donde dormía San Fracisco.

Bóveda de estrella azul, con cuatro serafines en el centro.


 La celda donde dormía el Santo.

Junto a la cama, está la máscara mortuoria de Francisco de Borja. Es lo más fiel al aspecto que podía tener entonces.

Santa Capilla. Era la antigua celda-oratorio de San Francisco. El techo tiene forma de ataud. Desde que vio el cadáver de Isabel de Portugal, se centró en la vida monástica y, a la muerte de su mujer, ingresó en la Compañía de Jesús.

En las paredes del oratorio, se ven grisallas renacentistas.

Galería de cerámicas. Restos de cerámicas de los siglos XV al XVIII.

La galería de cerámicas da al patio de armas.

Cámara de la Duquesa. Aquí nació San Francisco de Borja. La casulla que se ve en una urna, perteneció al Santo y la trajeron de Roma.

Cojín con el escudo de los de los Borja.

De la Cámara de la Duquesa, pasamos al Salón de las Águilas, que se llama así por el friso que recorre la parte alta, con águilas.

Detalle del friso.

Los balcones de esta sala dan a la calle.

Muebles y objetos de la época

Vista general de la sala

 Salón de los Estados de Cerdeña. Su nombre se debe al recuerdo de las posesiones que la familia Centelles tenía en esa isla, incorporada a la Casa de Borja por la unión de Carlos de Borja y Magdalena Centelles. Hay lienzos del siglo XVIII, con escenas de la vida de San Francisco. El zócalo de cerámica es del siglo XVII.

La estancia servía de comedor y hay algunos utensilios de cocina, pertenecientes a esa época, así como una mesa.

Retrato de Isabel de Portugal, que marcó mucho la vida de San Francisco.

Sala Verde. Dedicada a la Compañía de Jesús.

En esta sala hay una escultura de San Francisco, dos cartas manuscritas, y restos del catre donde murió en Roma.

Sala de la Torrecilla, que fue aposento de la duquesa María Enríquez. Es uno de los pavimentos más antiguos del palacio.

En la Sala Verde hay una puerta que conduce...

A la Sala Dorada. Llaman la atención el estilo barroco y los lienzos de los techos, así como los pavimentos. Era el salón de fiestas, que se dividió en cinco salones. Las dos primeras, tienen las puertas móviles, para poder cerrar o hacer diáfano el espacio.

Se construyó en 1671 con motivo de la canonización de San Francisco de Borja, por el Papa Clemente X, viviendo entonces en el palacio el X Duque de Gandía.

Sala Heráldica de la familia Borja.

Sala Ornamental. En todas las puertas, enmarcados en óvalos hay pintura de jesuitas.

Sala dedicada a la Glorificación de San Francisco

Lienzo en el techo de la Sala de la Sagrada Familia.

Sala de la Sagrada Familia

Sala del Cielo y la Tierra.

Lienzo en la Sala del Cielo y la Tierra. Los techos no son frescos, sino pinturas en lienzos.

 El pavimento de esta sala es maravilloso. Los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra. Es una de las mejores muestras de cerámica valenciana. Consta de más de 1.500 piezas de distintos tamaños, distribuidas en cuatro circunferencias concéntricas.

Esta sala es, para mí, la más bonita.

 Salimos a la terraza que hay sobre el Jardín de la Cisterna

Las paredes están pintadas con motivos vegetales y jarrones. 

 Y nos despedimos ya de este palacio, que nos ha encantado. Pero todavía nos esperaba una sorpresa final, y era este cerrojo de la puerta de entrada, en el que se pueden apreciar las barras de la bandera de Aragón.

Una última foto antes de marcharnos. Y hasta aquí la visita la Palacio Ducal de los Borja. Nos ha gustado mucho, porque nos apasiona la Historia, y aquí hay mucha.