24 de marzo de 2021

Sigüenza y Palazuelos (Guadalajara)

Llevábamos tiempo queriendo visitar Sigüenza, en la provincia de Guadalajara y, por fin, una mañana cogimos el coche y allá que nos fuimos, dispuestos a pasar un día estupendo en esta histórica ciudad. Desde la carretera ya divisamos la silueta inconfundible de su castillo y de su catedral, así que tomamos la primera de muchas fotos que haríamos más tarde.

 Empezamos por el castillo, que es actualmente el Parador Nacional de Turismo. Aquí vivían los obispos de Sigüenza y fue señorío episcopal desde el siglo XII hasta el XVIII. Edificado este palacio-fortaleza sobre otro anterior musulmán.

Se alza en lo más alto del cerro, dominando la vega del Río Henares.

Posee un gran patio interior.

La galería de madera, rodea parte del recinto.

El patio albergaba a la gente de los ataques externos.


 Fuente central

En el Patio de Armas, hay un pozo, que abastecía de agua a la población. La actual construcción es casi toda nueva, aunque hay algunas estancias que se conservan, como la capilla románica del siglo XIII, la portada, las torres y el Salón del Trono.

Nos adentramos en la judería por la Calle Puerta Nueva.

Plazuela de la Cárcel, con el ayuntamiento viejo, actualmente escuela de música, y la cárcel real.

En esta misma plaza, se encuentra la antigua Posada del Sol.

Iglesia de San Vicente

Casa del Doncel, palacio de los Marqueses de Bédmar. Actualmente es sede del Archio Histórico Nacional.

Casa de la madre del Doncel.

Antigua Universidad de Alcalá

 Iglesia de Santiago

Puerta del Sol, en la muralla románica.

Seguimos bajando por la Calle Mayor, que es el eje norte-sur, entre la catedral y el castillo. Todos los nombre de las calles o sitios destacados, son de azulejería del Alfar del Monte.

 

Ya avistamos la catedral.

La Calle Mayor, desde abajo. Hay bastantes cuestas, pero merece la pena recorrer la ciudad.

Plaza Mayor. Fachada sur de la catedral con la Puerta del Mercado y la Torre del Gallo.

Plaza Mayor, mandada construir por el Cardenal Mendoza. Este cardenal estuvo muy ligado a la ciudad de Sigüenza.

Azulejo en la plaza

Plaza del Obispo Dn. Bernardo. Ya se ven a la izquierda las dos torres de la fachada principal. Es de la época de la reconquista, y su estilo ha ido variando a lo largo del tiempo que duró su construcción.

El Ayuntamiento enfrente... y mi Antonio paseando.

Placa en el suelo de la plaza

Puerta del Toril, una entrada de la muralla, que se utilizaba en fiestas taurinas.

Museo Diocesano de Arte Antiguo, frente a la catedral, antigua casa de los Barrena, propiedad casi 400 años de la familia Gamboa hasta 1923. Se inauguró como museo en 1968. En la esquina, el escudo de los Gamboa.

Aquí se ve mejor el edificio

Reja que bordea la catedral

Fachada principal de la catedral. Con esas dos torres rematadas por almenas, parece más una fortaleza que una iglesia. En el centro, la Puerta de los Perdones. El rosetón tiene 12 radios, en alusión a los 12 apóstoles, y debajo del mismo, un medallón con imagen de la aparición de la Virgen a Santa Ildefonsa.

Parroquia en el interior de la catedral, dedicada a San Pedro, del siglo XV. En la parte superior se puede ver la imagen del apostol y, debajo, la Santísima Trinidad. Aquí está el sepulcro del primer obispo, Fernando Luján.


 Capilla de la Anunciación

Sepulcro de González Monjua y Antón González. Llama bastante la atención la disposición de las esculturas.

A los pies de la catedral, la puerta de entrada.

El trascoro. Esta catedral tiene el coro situado en el centro de la nave principal, con una imagen de la Virgen de la Mayor.

En el transepto nos encontramos entre dos magníficas rejas: la del coro y la del Altar Mayor.

 La Capilla de Santa Librada, es uno de los mejores ejemplos del plateresco, diseñada por Alonso de Covarrubias, con escenas de la vida de Santa Librada. Debajo del retablo hay un friso con los Trabajos de Hércules y, en la parte superior, arca con los restos de la santa, protegidos por una reja.

A la derecha, el retablo de Fadrique de Portugal.


Coro del Cardenal Mendoza, con doble fila de asientos a distinta altura. En el centro, el trono del obispo y sobre él está el escudo del cardenal.

Capilla Mayor, con un retablo de tres cuerpos. A la derecha, sepulcro de Alonso Carrillo de Albornoz.

Retablo de San Juan y Santa Catalina

La Virgen de la Leche

Salimos al claustro

 Estaban aquí los cirios procesionales de Semana Santa.

El patio del claustro

 Pasamos a la Sala de Tapices. 

Una colecciónl de tapices flamencos

Puerta del jaspe, la más antigua de la catedral.

Puerta de la Sala Capitular, desde el claustro

Exposición de vestiduras sacerdotales. El segundo por la izquierda es el de celebración de la boda del Rey Alfonso XII con María Cristina de Habsburgo-Lorena.

Entrada a la Sacristía Mayor.

 Sacristía diseñada por Alonso de Covarrubias, llamada "de las cabezas", por los casetones con cabezas que cubren las cuatro secciones rectangulares de la cámara. Las caras tienen diferentes gestos.

 Fue una de las cosas que más me impactó de la catedral

Interior de una de las puertas de la sacristía.

En la catedral hay muchos enterramientos, cuyos grabados se van perdiendo por las pisadas de los visitantes.

Capilla del Espíritu Santo

Uno de los púlpitos

Capilla de Santiago el Zebedeo o de los Gamboa.

Capilla de la Concepción, con el cuadro del Greco "La Anunciación". Es la capilla funeraria de Don Diego Serrano.

Hay dos tribunas balaustradas donde se ponían los músicos y la familia del difunto.

Una de las tribunas

La reja del coro.

Y llegamos a la joya de la catedral, que es la Capilla del Doncel.

Y aquí lo tenemos. Uno de los mejores exponentes del arte funerario español. Es una talla de alabastro de finales del siglo XV y representa a Martín Vázquez de Arce, un joven de la baja nobleza que murió en 1486, luchando en la reconquista de Granada.

Está vestido con la ropa de guerrero, y la Cruz de Santiago sobre su pecho. Esculpido en actitud de lectura con los ojos abiertos y una pierna cruzada.

Realmente no era un doncel, puesto que para serlo no podía tener más de 15 años, y Martín Vázquez de Arce tenía unos 25.

Es la capilla familiar, y esta es la tumba de sus padres. Su padre fue secretario de la familia Mendoza y residía en Guadalajara, donde Martín se convirtió en paje del primer Duque del Infantado.

Éramos muchos los que queríamos admirar esta escultura.

Y como tiene que haber tiempo para todo, ahora nos vamos a comer. Busqué en internet y encontré un sitio que me gustó mucho. Hacia allá vamos.

Un bar llamado Alameda, con una cantidad enorme de pinchos para todos los gustos. Estaba a rebosar de gente, pero pudimos comer.

Personal muy agradable, y un servicio estupendo

Mmmmm... qué rico todo.

La Ermita del Humilladero, donde estaba la Oficina de Turismo.

Iglesia de las Ursulinas

Palacio de los Infantes, donde estaba el colegio de puericantores de la catedral.

Un bonito rincón

En una de las calles que recorrimos, encontramos unas losas con inscripciones. En esta se explica algo del castillo.

Arquillo de la Virgen del Carmen, en plena judería.

Arquillo de San Juan

Puerta del Portal Mayor, con una imagen de la Virgen de la Victoria.

 Puerta del Hierro, la que fue puerta principal de la muralla.

Y nos vamos despidiendo de Sigüenza, que nos ha sorprendido muy gratamente.


PALAZUELOS

 Es una pedanía de Sigüenza, que se encuentra a tan solo 7 km y se la llama "la Ávila alcarreña", al estar perimetrada casi en su totalidad por unas murallas muy bien conservadas.

En realidad, todo el pueblo parece un museo viviente, con su traza medieval.

Entramos por la Puerta del Cercao. Las puertas de la muralla son acodadas, para facilitar la defensa. ta

Azulejo en la puerta del Cercao

Curiosamente, alguien ha hecho un "plano" de la ciudad. Elemental, pero clarísimo.

Mi Antonio junto al rollo que hay en la Plaza Generalísimo.

 Fuente en la misma plaza, y yo, para variar, leyendo todas las indicaciones.

El castillo, que ahora es propiedad privada.  Una pena que no se ayude económicamente por parte de las comunidades a la conservación de estos monumentos. Fue mandado construir por el Marqués de Santillana. La torre del homenaje la construyeron en vivienda y el resultado fue espantoso.

Hay partes del pueblo en ruinas y encontramos muy poca gente, por no decir ninguna, en sus calles. Un silencio que nos impacta mucho a los que vivimos en ciudades grandes.

Seguimos la pista de la espadaña...

 Y llegamos a la iglesia románica de San Juan Bautista. Por fin encontré a alguien para poderle preguntar cosas. La casa del cura está a la izquierda, pero ahora está vacía, y viene un sacerdote desde Sigüenza.

La casa del cura luce en el dintel de la puerta un escudo con un jarrón de azucenas, emblema de los obispos de Sigüenza.

Plaza de los Siete Caños, con la fuente que le da nombre.

Seguimos recorriendo el pueblo

Salimos por la Puerta de la Villa y nos encontramos una hornacina con la imagen de San Roque, patrón del pueblo. Y yo, que soy de Callosa de Segura y tengo el mismo patrón, me alegré mucho de verlo allí.

La puerta acodada.

Mi Antonio haciéndolo una foto a San Roque

 
 

Salida de la muralla por la Puerta de la Villa. Pueden verse los escudos en la parte superior.
 
 

Comenzamos a rodear la muralla, que tiene de trecho en trecho unos torreones.

Las murallas del siglo XV, están muy bien conservadas.

El lavadero

Volvemos a la Fuente de los Siete Caños, atravesando la Puerta de la Fuente, que en esta ocasión, es sencilla.

¿Y esto? pues ni idea. Un reloj en una hornacina.

Recorremos de nuevo las murallas, antes de marcharnos. 

Y lo hacemos con la sensación de haber hecho un paréntesis en el tiempo, de que las hojas del calendario hace mucho que nadie las arranca y de que las campanas de la iglesia enmudecieron con los años. Me consta que viven aquí unas cincuenta personas, pero ese día solo vimos a un hombre.

Es una pena que sitios con tanta historia no merezcan la atención del Estado para su conservación.

Aún así, Palazuelos mereció la pena.