29 de junio de 2009

Llegó el día


¡Por fin!



Esta noche ya dormiré en Venecia y espero mañana tener suficiente tiempo para ver todo lo que quiero, y que previamente tengo señalado en el plano de la ciudad: palacios, iglesias, museos (por dentro no podré), callejuelas típicas, la Aduana, la Fenice, la escalera de caracol, los mercados, las plazas (allí se llaman Campo), los puentes, las tiendas, recorrer el Gran Canal, pasearme en una góndola, comerme una pizza en San Polo, tomarme un helado en Nico..........................................¡Ay que no me va a dar tiempo a todo! (Aquí un emoticono de llanto).



Ya solucioné lo del equipaje y me debí de equivocar al pesarlo, porque ahora me cabe todo. Cien veces me he subido a la báscula con la maleta en brazos para cerciorarme bien, que no quiero pagar ni un duro en la facturación.



Todo el trayecto del viaje es precioso, pero Venecia y Atenas, confieso que me atraen de forma especial.



Le voy a poner a Santa clara una docena de huevos para que nos haga buen tiempo, según manda la tradición por aquí, y nada más.



Echaré de menos escribir en el blog, que me relaja, me entretiene y lo necesito, pero el ordenador no me lo llevo, ya que me temo que por la noche estaré rendida después de las caminatas y el bailoteo, porque no me pienso perder nada de nada.



Cuando vuelva tendré un montón de cosas que contar y fotos que colgar.



Lo prometo.