9 de agosto de 2010

Los controladores me la van a liar


Como siempre, un colectivo de trabajadores convoca una huelga y los que salen perjudicados no son nunca aquellos contra los que va la convocatoria, sino los ciudadanos que con más o menos sacrificio hemos planeado unas vacaciones y esperamos con ilusión que llegue el día de marcharnos y de cumplir nuestro sueño.
Parece que las huelgas son más efectivas cuanto más daño se hace a las clases medias, y lo que es más incomprensible, ante la pasividad de unos sindicatos que teóricamente deberían de estar al lado de los trabajadores, aunque eso empieza a ser una utopía, a juzgar por el comportamiento que están teniendo últimamente.
Una empresa de autocares está dejando tirados a montones de españoles, que esperaban desplazarse en un medio de transporte barato hacia sus lugares de descanso, provocando la desesperación y la impotencia de quienes saben que sus vacaciones se verán mermadas por la insolidaridad de un grupo, al que le trae al fresco que esas personas puedan o no llegar a su destino.
Y lo de los controladores en estas fechas es de juzgado de guardia. El Gobierno, que les dé lo que les prometió, y si no pensaba cumplirlo, que no lo hubiera pactado. Ahora andan en un tira y afloja, que puede sesembocar en un caos. Se van a cargar lo único que sigue funcionando en este país, que es el turismo, y las pérdidas pueden ser tan abultadas, que la recuperación sería muy compleja.
Y yo me estoy acordando de la madre de los controladores y de la de Pepe Blanco.
Mi Antonio y yo hemos decidido irnos de crucero por el Báltico, cuando yo vuelva de París, y estoy viendo que me cogen los días de la huelga y que me quedo en tierra.
Me puedo quedar con un itinerario precioso, colgando de las narices de un controlador, o también puede ser que me vaya, pero que para volver me hagan dar vueltas y vueltas por otros aeropuertos antes de llegar a Madrid.
De momento me voy a hacer una diana con Pepe Blanco y un avión en el centro, y voy a dedicarme a tirarles pelotazos, por no ser capaces de llegar a un acuerdo.
Cada uno se desahoga como puede.