24 de mayo de 2012

Tarde de atrezzo

Hace cinco años compré en un mercadillo un teatro infantil, y no pude hacer mejor compra. Me costó la friolera de ¡Un euro! Tiene su telón que sube y baja con la ruedecita superior derecha, tres botones (risas, aplausos, pitos), y era una maletita que yo "arreglé" para que fuera más cómodo hacer los cuentos.
Encontré los personajes de Caperucita y de La casita de chocolate, pero he ido poco a poco ampliando los personajes, aunque de forma casera, que me gustan más.
Necesitaba unos reyes para interpretar a los padres de La bella durmiente y de Blancanieves, y como tenía por aquí unos barriguitas modernos (qué diferencia con los antiguos), a los que los niños no les hacían ni caso, pues los he vestido y les he puesto la corona. ¡Ya tengo reyes! Y claro, he completado la escena con la criatura y la cuna.
Me he divertido muchísimo haciéndolo, y sé que a mis nietos les va a entusiasmar. En cuanto llegan a casa se meten a su habitación y se sientan ya a la espera del cuento correspondiente, cuento que a veces me invento e incluso a los clásicos procuro meterles siempre algo nuevo para despertar su interés.

Pues eso: tarde de atrezzo.