23 de abril de 2013

Dime que me quieres


Mi vida es una relación amor-odio constante, y las contradicciones me machacan hasta el punto de hacer de mí un ser apocado y con un gran complejo de inferioridad, pero es que tú no me ayudas nada a definir el papel que juego en tu mundo.
Aclárate, por favor. Sé que me amas, a veces incluso de forma apasionada y vehemente, pero otras veces reniegas de mí
y pasas a mi lado con desdén y orgullo sin importarte mis sentimientos.
Sabes que yo siempre estoy ahí, esperándote, y quizás por eso mismo no me aprecias en la medida que merezco. Desde el humilde rincón que ocupo en tu casa, te espero cada día confiada en que sabrás apreciar la necesidad que tienes de mi presencia, pero no escucho de tu boca ni una palabra agradable hacia mí, aunque sé que cuando no estás a mi lado me echas de menos. Más que echarme de menos, me necesitas de forma imperiosa, gritas mi nombre y darías media vida por verme.
Reniegas de mí en favor de otros que te ofrecen brillo y una figura de infarto, pero no me subestimes porque puedo perderme cuando más me necesites, y entonces te sentirás desnudo y dolorido.
Yo, tu zapatilla de casa, empecé mi andadura contigo, sin importarme que me pusieras los cuernos cada día con los zapatos, y teniendo que escuchar de tus labios que no era digna de acompañarte por la calle. Es triste pensar que te avergüenzas de mí, cuando tanto me necesitas, y cuando sabes que siempre estoy ahí para aliviar tu dolor. No me cuidas como a los otros con los que sales a pasear o al trabajo, y me tienes incluso con un agujero en la punta del dedo gordo, porque sabes que todo te lo consiento. Yo sé que en el fondo me adoras y que cada noche, cuando llegas a casa lo primero que haces es buscarme, pero a veces me gustaría que lo reconocieras. Por ejemplo una muestra de afecto sería que me dejaras acompañarte un día a tomar café con tus amigas, y que al menos por una vez pudiera mirar a esos de los tacones de igual a igual, pero eso no deja de ser un sueño.
La vida de una zapatilla está llena de incomprensión.