Otra vez hacía un día estupendo y decidimos aprovecharlo, así que cogimos el coche camino de Lastres porque nos habían dicho que era un pueblo muy bonito y que merecía la pena verlo.
Allá que nos fuimos con el ánimo y las cámaras predispuestas a llevarnos todas las imágenes posibles de esta localidad, aunque fueron pocas y sin opción a elegirlas. Después de dar mil vueltas con el coche, no hubo forma de encontrar donde dejarlo, y como lo de llevarlo a cuestas no resultaba muy cómodo, muy a nuestro pesar tuvimos que desistir de la visita. Mi Antonio bajó un tris e hizo esta foto del puerto. Las otras están para dar fe de que allí, estar, estuvimos.
Y como íbamos sobrados de tiempo, decidimos hacer una visita al Museo Jurásico de Asturias, algo que fue un pleno acierto porque además de interesante, estaba montado muy bonito y pasamos un rato estupendo. Lo recomiendo. Está cerca de Lastres.
Fuera del museo había una recreación de animales jurásicos, con los que los niños se divertían muchísimo.. Y nosotras también.
Según dice en el folleto, las bóvedas están hechas de maderas procedentes de bosques escandinavos, en forma de costillas de dinosaurios.
Se puede ver detrás del esqueleto del animal, la foto del mismo.
Yo creía que esto era un pollo raro, raro, pero ponía que era un dinosaurio con los huevos.
Mira estos qué contentos están.
Por si alguno no se ha dado cuenta, detrás está la foto de la divertida parejita.
Nos vamos a ir ya para Cangas de Onís, que tenemos previsto comer en un sitio muy curioso.
Magníficas casas de indianos, como en los otros pueblos.
Ya estamos en el pueblo. Es pequeño pero con mucho encanto y unos edificios espectaculares. Como no tenemos muchas ganas de coche ni de curvas, desistimos de ir a Covadonga y preferimos tomar unas cervezas y disfrutar de Cangas de Onís hasta la hora de la comida.
El aperitivo, a los pies del puente, nos sentó muy bien.
Aquí tenemos ya el famoso Puente Romano de esta ciudad, sobre el río Sella.
Este no es romano, pero es muy útil para circular, jajaja...
Tras la batalla habida en Covadonga, y fundado el reino de los Astures, Pelayo estableció su corte en Cangas de Onís, que de este modo se convirtió en la primera capital de Asturias.
Esta estela conmemora ese hecho y con ella Asturias testimonia su reconocimiento a la ciudad en la que tiene su origen.
Preciosa imagen del puente. ¿Quién saluda desde arriba?
Pues sí, son ellos.
El río Sella.
La Oficina de Turismo.
Nosotros estuvimos aquí.
Otra vista imperdible.
Bajada del puente.
Con Cristina y Manolo.
Muy buena la foto del Capitán.
Me encantó el sitio.
Una boda, para variar. La de bodas que vemos por ahí.
Y nos vamos a comer.
Un amigo nos había recomendado comer aquí. Un pequeño restaurante familiar, con una comida casera muy buena y en cantidad como para no tener ganas de merendar.
Por algo se llama La Sifonería.
La simpática camarera, escanciando sidra.
El bar era pequeñísimo, pero estaba lleno de cosas.
Nos pusieron una mesita en la sombra y nos comimos... bueno... mejor lo veis.
De primero unos entrantes de ibéricos y croquetas de cabrales y espinacas. Y de segundo nos pusieron a cada uno esta sarten que como puede verse estaba escasa de comida. Las mujeres compartimos la sartén porque nos hacía cara, jajajaja.
Patatas fritas, cebolla (la de Manolo sin cebolla) bastante jamón y dos huevos fritos. Y luego terminamos con dulces.
Toca recoger los quesos de Cabrales que he comprado, las fabes, los chorizos y los "arreglos". Y ya con el coche impregnado de este riquísimo aroma, emprendimos el regreso a Gijón.