29 de marzo de 2016

Gijón


Gijón es la capital de la Costa Verde y es el municipio de Asturias con mayor población. Está 28 km de Oviedo.
Su escudo representa a Dn. Pelayo, primer rey de Asturias.
El núcleo original de la ciudad se encuentra en Cimadevilla, barrio de pescadores, en la falda del Cerro de Sta. Catalina.
Hasta hace poco la industria, la siderurgia y el sector naval, era su motor económico, pero tras la crisis sufrió una reconversión como centro turístico, universitario y de servicios.



Y ya que Cimadevilla es la parte más antigua, pues empezaremos por aquí. Vista desde el Cerro de Santa Catalina.


Aquí se encuentra esta obra de Chillida, Elogio del Horizonte.


Esta escultura de hormigón tiene una curiosidad y es que en esta zona se oye el mar más bien poco por estar muy abajo. Pues al ponerse en el centro, parece que se esté en medio de un fuerte oleaje.


El mar, desde el cerro.


El Elogio visto desde otro ángulo. Y Pepe y Pepa, también.


Qué bien se estaba aquí.




Aquí estaba el Dique de Santa Catalina.


Creo que hacía viento.


Escultura en acero corten "Nordeste" del escultor Joaquín Vaquero Turcios.
"Varado en tierra el barco, desplegó sus velas al nordeste en espera de mejores tiempos".







Plaza Jovellanos.


Una de las puertas de la casa natal de Jovellanos.


Capilla de los Remedios, anexa a la casa, donde está enterrado Jovellanos.


Patio. La casa sirve ahora de museo para colecciones municipales.




Don Pelayo está en todas partes.


Bueno, pues bajamos a la otra parte de la ciudad.


Este día no tiene nada que ver con el que nos hizo en Cimadevilla.
Palacio Revillagigedo en la Plaza del Marqués de San Esteban.


Plaza del Ayuntamiento.


La otra parte. Es una plaza rectangular.


Como hace frío, decidimos tomar un café y encontramos en la plaza este sitio tan bonito.


Qué bien nos sentó.


La Botica Indiana es para no parar de mirar todo lo que hay en las paredes, en los techos, en el suelo... Es un sitio precioso con aires habaneros.





Monumento a Don Pelayo.

Monumento a la sidra, jajaja.





Playa de Poniente, con arena artificial.





Otra vez a la botica, pero esta vez se nos han apuntado amigos.








Escultura cerca de la playa de San Lorenzo.



Playa de San Lorenzo con marea baja.




Playa de San Lorenzo.


De tertulia en el patio del hotel.





Una de las cosas que más me gustaron del hotel, fueron los muebles.


Y desde el Museo del Ferrocarril, altamente recomendable, me despido. En la etiqueta "Museos curiosos" ya pondré más fotos de este sitio.
Han sido unos días estupendos, rodeados de buena gente, y en unos lugares preciosos.
No sabemos dónde nos encontraremos el próximo año.