Es la maravillosa solución para aprovechar las claras de los huevos que hemos utilizado en el quindim brasileño.
Es, sin duda, el bizcocho más esponjoso del mundo.
Ingredientes:
9 claras de huevo (yo le puse las 10 del quindim)
240 g de harina
1 sobre de levadura química
100 g de mantequilla a temperatura ambiente
180 g de azúcar
150 ml de zumo de naranja
ralladura de naranja
un pizca de sal
Se baten las claras a punto de nieve y se reservan.
La mantequilla o margarina, a temperatura ambiente la mezclamos con el azúcar y batimos con las varillas. (no hace falta lavarlas después de montar las claras). Añadimos la ralladura y el zumo y seguimos mezclando un poco más. Procurad que la mantequilla y el zumo tengan temperatura parecida, pero si veis que se corta, al agregar la harina se soluciona. Pues eso, tamizad la harina y la levadura y mezclad en un par de veces.
Por último hay que añadir en dos o tres veces las claras, con movimientos envolventes, hasta integrarlas.
En un molde desmontable ponemos papel de horno en la base, y las paredes con mantequilla y harina. Sacudimos el exceso.
Vertemos la mezcla y la metemos a horno precalentado a 180 grados, aproximadamente 50 minutos. Pinchad el bizcocho para comprobar que esté cocido.
Y ya está. He dado con esta receta por casualidad, pero se ha convertido en una de mis favoritas, por el sabor, la textura y la presentación. Una receta 10.