Su constructor fue Ricardo Velázquez Bosco, arquitecto también del Palacio Velázquez del Retiro. Se encuentra frente a la Estación de Atocha, en terrenos que fueron del Jardín Botánico y, en principio, estaba destinado a Escuela de Artes y Oficios. Finalmente, la reina María Cristina inauguró en 1.900 este edificio para la sede del Ministerio de Agricultura.
Se construyó como un palacio y era y es admirado por los viajeros que llegan a la estación.
Es de planta rectangular y tiene dos patios interiores, con cubiertas de cristal y de hierro traído de los Altos Hornos de Vizcaya.
En el cuerpo central destacan los azulejos y esmaltes de Daniel Zuloaga, las pinturas de Ferrant, y las cariátides que representan a la Industria y al Comercio.
Las esculturas que rematan la fachadas, alegoría de La Gloria y Los Pegasos, eran obra de Agustín Querol, en mármol, pero su peso amenazaba la cubierta del edificio y fueron sustituidas en 1954 por otras idénticas de bronce, realizadas por Juan de Ávalos. Las de Querol se encuentran ahora en la Plaza de Legazpi y la Glorieta de Cádiz.
El edificio está rodeado por una preciosa verja en hierro con cabezas de Minerva.
Se puede visitar de forma gratuita los sábados por la mañana. También hay visitas teatralizadas, pero hay que pagar unos ocho euros.
Hicimos la visita con el grupo "Conocer Madrid":
Como llegamos un poco pronto, nos fuimos a la Gloria, jeje, a desayunar.
Bueno, pues ya vamos a entrar. La fachada es realmente impresionante.
Mientras esperábamos los trámites de seguridad, nos entretuvimos en ver la evolución del edificio.
Una primera escalera en el hall.
Una magnífica escalera.
La bóveda de la escalera.
Visitamos la Galería de Retratos con los de todos los Ministros de Agricultura desde el principio.
Aunque el del centro parezca Franco, no lo es.
Uno de los patios interiores.
El despacho de la ministra.
Una preciosísima escalera interior.
El otro patio interior.
Puerta de entrada, en este caso de salida. Les decimos adiós a las cariátides.
Foto del grupo.
Minerva se encuentra a lo largo de toda la reja.
Detrás del palacio se encuentra la chimenea.
La Glorieta de Atocha estaba muy animada. De aquí salen esta especie de bares rodantes.
Y terminamos la mañana comiéndonos en El Brillante un bocadillo de calamares y una jarra de cerveza.