En la Cámara Santa hay un arca de plata donde se guardan reliquias muy importantes, entre ellas el sudario de Cristo y, por ello, se construyó la Torre Vieja, como sistema defensivo.
En la foto, La Cruz de la Victoria y los Ángeles, símbolo de Asturias y de Oviedo. Detrás, se puede ver expuesto el Santo Sudario.
Cuando nos disponíamos a recorrer las calles, apareció esta "peregrina", que se ofreció a hacernos de guía por el casco antiguo.
La calle Magdalena
Cimadevilla, era antes la calle más concurrida y con más comercios.
Plaza de la Constitución. Ayuntamiento construido en tiempos de Felipe III. Se encuentra arrimado a la muralla medieval y sobre el Arco de Cimadevilla.
En la misma plaza, la Iglesia de San Isidoro, del siglo XVII con una fachada bastante austera, en comparación con su interior.
Interior de la Iglesia de San Isidoro, con un espléndido retablo.
Las capillas se comunican entre sí. A la izquierda, la de San Ramón Nonato.
Parte trasera y coro
Otro rincón de la Plaza de la ConstituciónCalle de Jesús
Calle Fierro, con la Torre de San Isidoro al fondo.
Llegando a la Plaza de la Catedral. La peregrina seguía explicándome cosas curiosas.El complejo catedralicio está compuesto por la Basílica del Salvador, varias capillas adosadas, una torre románica y la torre gótico-plateresca, que en un principio iban a ser dos, pero la falta de liquidez la dejó solo en una.
Al estar aquí el Santo Sudario, que es la reliquia más importante de la cristiandad, el Camino de Santiago lo hacían muchos peregrinos pasando por Oviedo para venerarlo. Y hay un dicho que reza así: "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado, pero no al Señor".
Pórtico. Hay tres arcos y tres puertas en el frente, siendo la del centro la principal. En los laterales también hay una puerta.
Dos hojas de madera con tallas de San Salvador y de Santa Eulalia de Mérida, patrones de la catedral y del principado. En la parte superior, un relieve de la Transfiguración.
Otra de las puertas
Vista del lateral.
Jardín de los Reyes Caudillos, junto a la catedral. Al fondo, la torre del Convento de San Pelayo y, en primer término, la Capilla de Santa Eulalia y la Capilla del Rey Casto.
En la Plaza de la Catedral, con la Iglesia de San Tirso al fondo, una simpática "Regenta".
Edificio de Cajastur, antiguo Monte de Piedad.
Nuestra guía peregrina terminó su recorrido, y entonces decidimos dejarnos guiar por otra persona, para seguir descubriendo el casco antiguo de Oviedo.
Palacio Arzobispal.
Calle Santa Ana, con el Palacio Velarde a la izquierda.
El Palacio Velarde es la sede del Museo de Bellas Artes de Asturias.
Edificio en la calle Jovellanos
Monumento a Gaspar de Jovellanos.
Monasterio de San Pelayo
Museo Arqueológico
Trasera de la catedral
Puerta de la Limosna
Travesía de Santa Bárbara, con el patio de la Torre Vieja al fondo, y la Puerta de la Perdonanza.
Trasera de la catedral por la Travesía de Santa Bárbara
Por esta travesía llegamos a la Plaza de la Catedral
Testero de la Iglesia de San Tirso. Es lo único que queda del templo primitivo.
Palacio Malleza Toreno, actual Real Instituto de Estudios Asturianos.
Edificio del BBVA, en la Plaza Porlier. Es la hora de comer, así que vamos mirando restaurantes.
Nos quedamos aquí. Pedí secreto con salsa de Cabrales, y todavía me acuerdo del sabor. ¡Qué rico!
De pronto una música de gaitas llamó nuestra atención y estaban tocando en la calle.
El grupo, ataviados con sus trajes regionales.
Caballitos Asturcones, en la Plaza de la Escandalera
Plaza de la Escandalera
Teatro Campoamor, donde cada año se entregan los premios Príncipe de Asturias.
Detrás del jardín, Palacio de la Junta General del Principado de Asturias.
Junto a la escultura "Esperanza caminando".
Escultura de bailarina, junto al teatro.
"Culis Monumentalibis" en la Calle Pelayo.
Calle Pelayo, con la torre de la Caja de Ahorros
Junto a la escultura "El Diestro", en la Calle Palacio Valdés".
Escultura de Woody Allen, en la Calle Milicias Nacionales.
Basílica de San Juan el Real
Calle Palacio Valdés, con el edificio La Jirafa al fondo.
En esta calle nos tomamos unas cuántas sidras.
Y en Camilo de Blas, unos cuántos carbayones. ¡Buenísimos!
Nos ha encantado Oviedo.