13 de marzo de 2023

Pedraza y Turégano

 

 Hacía mucho calor, pero como somos osados, decidimos pasar el día en esta villa medieval de la provincia de Segovia. El recinto de la ciudad está amurallado y en los siglos XVI y XVII vivió su mayor esplendor, datando de ahí la mayor parte de casas y palacetes. Luego sufrió un declive de población, pero finalmente, atraídos por su belleza, mucha gente compró estos edificios blasonados para utilizarlos como segunda vivienda.

En la foto, la Puerta de la Villa, único acceso a Pedraza. Se construyó en el siglo XI y reconstruyó en el XVI, siendo Señor de Pedraza Íñigo Fernández de Velasco, cuyo escudo preside la entrada. Tiene portones de madera de álamo negro y, durante siglos, se cerraban por la noche por seguridad. Si había alguna emergencia, era el carcelero el que abría. Se puede ver también el esgrafiado segoviano.


 La antigua cárcel situada junto a la Puerta de la Villa. Era en principio una torre de vigía. He estado leyendo el trato que se le daba a los presos, según la gravedad de sus delitos, y parece que en la Edad Media no se andaban con remilgos.

Fachadas bonitas y muy cuidadas, muchas de ellas con esgrafiados segovianos.

Centro Santo Domingo

Vamos por la Calle Real hacia la Plaza Mayor. A la izquierda, la Casa de la Comunidad de la Villa y Tierra.

Una de las casas más importantes es esta: la Casa de Pilatos, del siglo XVI, perteneciente a la familia Ladrón de Guevara.

Plaza Mayor, con la Iglesia de San Juan Bautista al frente, única abierta al culto.

Casa del Marqués de la Floresta. El solazo que hacía nos jugó malas pasadas con las fotos.

Necesito una cerveza ¡Ya! Parte de la plaza es porticada, aunque no guarda uniformidad en columnas ni capiteles y se cree que son procedentes del castillo. El Ayuntamiento es el edificio del reloj.

Otro lado de la plaza.

Soportales. Aquí se celebran también corridas de toros. De ahí este artilugio para las talanqueras.

Caía un sol de justicia y estábamos todos resguardados en las zonas de sombra.

En otro lado de la plaza, el restaurante-hotel de Samantha Vallejo Nájera, que cuando nosotros estuvimos, aún no lo regentaba.

Casa de los Herrera en la Plaza de Ganado.

Plaza del Ábside

Se llama así esta plaza porque se ve el ábside de la iglesia románica de San Juan Bautista.

Casona muy bonita en la Calle de la Florida.

Ermita de San Pedro, que ahora es una casa particular.

Yendo hacia el castillo, nos encontramos con las ruinas de la Iglesia de Santa María, perteneciente a la familia Zuloaga.

 El castillo es una fortaleza del siglo XIII, reedificada en el XV. Aquí estuvieron prisioneros los dos hijos de Francisco I rey de Francia entregados como rehenes al Emperador Carlos V, permaneciendo dos años en él.

Fue una fortaleza perteneciente a la familia Velasco, Duques de Frías y Condestables de Castilla.

En 1926 el pintor Ignacio de Zuloaga lo adquirió, lo restauró en gran parte, e instaló allí un taller. Sigue perteneciendo a su familia y se realizan exposiciones y eventos.

La puerta del castillo, llena de pinchos. Que le den a uno aquí con la puerta en las narices, tiene que ser grave.


 Otra parte del castillo

Puerta de entrada y escudo.

Vamos volviendo hacia la Plaza Mayor.

Mucho para ver y otro tanto para adivinar cómo sería la vida de las familias que habitaron en principio esta villa.

Un rincón muy agradable.

Casas blasonadas por todas partes.

Necesito otra cerveza, o lo que sea. De momento, me siento.


 Vamos hacia la salida, donde se ve mejor la cárcel.

Interior de la Puerta de la Villa a la salida, con la imagen de un Cristo.


 Descansando a la salida. Mi Antonio metiendo prisa, porque quiere ver el Castillo de Turégano antes de comer.

Venga, vale... Pues nos vamos a Turégano.

Pues nada, ya estamos en Turégano y nos hemos ido al castillo, que era nuestro objetivo.

Es muy curioso, porque lo que hay realmente es una iglesia rodeada de murallas. La Iglesia de San Miguel, cuyo campanario quedó prácticamente absorbido por la Torre del Homenaje, que está sobre el ábside de la iglesia.

La entrada al recinto amurallado. A la derecha, la Torre del Homenaje, que consta de una torre alta y dos más pequeñas.

Interior del castillo. Las dependencias son muy enrevesadas para dificultar los ataques enemigos.

La muralla exterior, de la que no se sabe muy bien los orígenes.

La ronda.

Una vez ingresamos al segundo recinto, encontramos seis torres, dos de ellas en la entrada.

Aquí se hospedó Fernando el Católico antes de llegar a Segovia, para encontrarse con Isabel.

Esta puerta nos da paso a la Iglesia de San Miguel Arcángel.

Es una iglesia románica de tres naves que da una sensación muy robusta, seguramente por el peso que tiene que soportar.

En torno a la iglesia se levantó la fortaleza-palacio a partir de 1471, a iniciativa del obispo Arias Dávila. 

También fue prisión y uno de los reos fue Antonio Pérez, secretario de Felipe II.

Turégano a nuestros pies. Es hora de comer y  tenemos muy claro el qué y el dónde.

Plaza de España, también muy bonita y con mucha vidilla. A la derecha, el Ayuntamiento. Y en un asador de la izquierda, comimos muy requetebién.


 Y hasta aquí nuestra excursión. Un día estupendo, rematado con un cordero asado magnífico.