Cuando fui de excursión a la Costa Brava, tuve la suerte de poder ver la Fundación Gala-Dalí, en Figueras, y me dejó atónita debido a la espectacularidad de todo su conjunto.
Es el mayor objeto surrealista del mundo, que ocupa un edificio del antiguo Teatro Municipal del siglo XIX, destruido al final de la Guerra Civil, y sobre cuyas ruinas decidió Dalí, crear este museo.
En la Plaza del Museo, un monolito de Wolf Vostell, con catorce televisores y rematado por una cabeza de mujer. Entre este pintor y Dalí había un pacto para intercambiarse obras en sus respectivos museos.
Foto del grupo que fuimos a ver el museo. Guineanos de pro.
Cabeza de cartón de un monstruo, regalo de Rafael Durán, que se apoya sobre un soporte de huevos con pequeñas muñecas en los ojos, y una tele en la frente.
Monumento a Francesc Pujols. Hay un olivo, un cuerpo cubierto con una toga blanca, un huevo dorado hace de cabeza, y un busto romano.
Fachada de la entrada del museo: figuras con panes y un astronauta.Aquí, Antonio jugando con la cámara. El patio es semicircular, rodeado de hornacinas con un maniquí en su interior, los jardines simulando la letra G de Gala, y cuatro grutescos plenos de simbolismos. Se dice que el de la derecha lleno de mariscos y cajones es hombre y el de la izquierda hembra.
El grutesco macho
Aquí estoy al lado del cadillac, con la torre de neumáticos y la cristalera al fondo
Detalle de la barca, de las muletas y de los preservativos.
El paraguas que culmina la instalación vertical y que se abre cuando llueve dentro del coche
La parte derecha del escenario, con el acceso a las distintas salas. En el hueco que hay más pequeño, abajo a la izquierda, se encuentra el cuadro de Bettoven hecho con tinta de calamar.
Éste es el cuadro:
"Autorretrato blando con bacon frito". Se halla en la sala de las pescaderías, que se llama así porque cuando estaba en ruinas, se utilizó como lonja. Y siguen las muleta por todas partes.
Tapiz del dormitorio con sus relojes blandos.