Se acabaron por fin las corbatas, las camisas, los colgantes o las camisetas, en los santos o aniversarios. A mí no me gustan esos detalles tan impersonales, y me ha encantado lo que mis hijas le han regalado a Antonio por su cumpleaños.
Cada vez son más las empresas que se deciden por ofrecer un producto atractivo y práctico, dejando la última elección de la actividad, al usuario que la va a disfrutar, como por ejemplo es el caso de Wonderbox, que por cierto no me paga nada por esta publicidad, aunque pudiera parecer lo contrario.
El que va a hacer el regalo elige lo que llaman un tipo de cofre, que claro está piense que le puede gustar a la otra persona, entre muchas actividades, como por ejemplo; cata de vinos, cenas o comidas en restaurantes por toda España, circuitos de agua, tratamientos de belleza y masajes, escapadas románticas, noches inolvidables, o deportes de aventura y de riesgo.
Una vez hecha la elección, solicita el cofre (un estuche como de un CD), con el vale en el interior y el librito para que la persona que lo recibe elija el sitio y la fecha de la actividad. Se lo mandan, lo regala, y ya está.
Mis hijas le han regalado a su padre una cata de vinos y una cena para dos personas en la ciudad y restaurante que elijamos, de los que ofrecen este servicio.
Y de verdad que me ha gustado, porque la última decisión es siempre del que recibe el regalo.
En otras ocasiones me han regalado circuitos de agua y masajes, y me ha encantado.
Tenemos hoy día tantas cosas, que encontrar un regalo original y adecuado para la persona a quien queremos agasajar, se convierte en un dolor de cabeza, y con estas cosas es más fácil acertar.