9 de mayo de 2011

¿Mamá, quieres uno?

Hay situaciones en la vida que la dejan a una literalmente sin palabras, y eso fue lo que me sucedió un precioso día, cuando iba paseando con mi hija por un centro comercial. Habíamos comprado algunas cosas, y de pronto mi niña recordó que tenía que ir a la farmacia.
._ ¿Vas a sacar alguna receta del médico?
._ No, voy a comprar un anillo vibrador.
Con los años he aprendido a disimular las sorpresas de ese tipo, y como además estaba segura de que mi hija me lo había soltado así para demostrarme lo normal que eran para ella estas cosas (a mí me tienen por carca), no le di más importancia al asunto y me fui con ella a la farmacia.
Hora punta y llenita de gente.

_ ¿Qué desea, señora?
._ Un anillo vibrador.
._ ¿De qué color?
._ Pues no sé...
Le trae la señorita de varios colores y se los enseña.
._ Uno verde.
De verdad, no es que sea carca, pero en la educación que recibimos los que ya no hacemos la primera comunión, estas cosas no estaban precisamente a la orden del día.
Más de uno se asomó por encima de nuestro hombro para ver los anillos en el mostrador.
Y de pronto...
._ ¿Mamá, quieres uno?
¡Glup!
._ ¿Qué?
._ Que si tú quieres uno, que te lo compro.
Yo estaba ya de todos los colores, pero aguantando perfectamente la situación, faltaba más.
._ Bueno...
Me mira la farmacéutica con cara de "esta mujer no se ha puesto ésto en su vida", y me ofrece otra vez la gama de colores para elija.
._ El fuxia me gusta.
Yo no quería ni volver la cabeza. No quería ni ver las caras de los que tenía detrás.
De pronto lo coge y me lo muestra.
._ ¿Sabe usted cómo se usa?
Aquí ya se me subieron los colores y empecé a odiar a mi hija.
._ Creo que sí. Tampoco será tan difícil de utilizar, digo yo.
._ De todas formas se lo explico: cuando su pareja entre en erección (Dios mío, la gente a estas alturas estaba más pendiente de la explicación, que de lo que tenían que comprar), no antes, que se lo ponga en la base del pene, con la pila hacia arriba para que en el momento de la penetración, le roce en el clítoris. Ya lo sabe, la pila siempre hacia arriba porque es lo que a usted le va a proporcionar placer. Lleva una pila y dura la vibración 20 minutos. Si tiene alguna duda, puede consultarnos.
Yo, a estas alturas ya no sabía ni para dónde mirar. ¡Qué corte! Pagó mi hija y nos salimos, por supuesto que yo sin mirar las caras de la gente que estaba en la farmacia.
Volví a casa y se lo comenté a mi marido.
._ Chico, ya que me lo han regalado, si quieres lo probamos.
._ ¡Yo no necesito esas cosas!
Clásica respuesta del homo erectus español.
Pero yo en el fondo creo que no le gustaba el artefacto, por si le podía el miedo escénico y el anillo de marras le complicaba las cosas.
Lo saqué, me lo puse en el dedo y le di al botón. Aquello parecía que tenía el baile de San Vito, jajajajajajaja... era divertido.
Lo guardé y un fin de semana que me fui a la sierra, cuando estábamos jugando a las cartas, lo solté por la mesa y parecía una dentadura de esas que se les da cuerda. Ninguna sabía lo que era (son algo mayores que yo), y cuando les expliqué la función que tenía, nos partimos de risa. Lo dejamos correr por el suelo, y en ese momento entró uno de los niños, al que le hizo muchísima gracia el juguete y se lo quería llevar para su casa. Nos costó mucho disuadirle.
Lo que empezó con un sofocón, terminó de una forma muy divertida.