En 2020 cumplirá 200 años y ahora mismo no está pasando por sus mejores momentos, ya que arrastra una deuda de 1'2 millones de euros.
Está plagado de símbolos masónicos, aunque en la última restauración, se eliminaron muchos de ellos.
En 1820 varios intelectuales montaron una sociedad para dar mayor auge a la Literatura, la Ciencia y las Artes. Durante la Guerra Civil desapareció y volvió otra vez en 1835 de la mano de de Angel Saavedra y Alcalá Galiano, entre otros. La sede estuvo 40 años en la Calle La Montera y en 1884 se trasladaron al enclave actual
Se dice que Valle Inclán, cuando fue presidente, vivió allí con su familia porque no tenía dinero para hacerlo en otro lugar.
También se cuenta que había un pasadizo secreto que lo conectaba con el Congreso de los Diputados.
Fuimos a visitarlo con el grupo Historia de Madrid.
En la primera foto, el Salón de Actos.
Portada
Escalera de entrada, en la Calle del Prado
Placa
Escuchando las explicaciones del guía en el Salón de Actos.
En el Salón de Actos, están expuestos los retratos de los presidentes más ilustres.
La Civilización Árabe, símbolo de la Ciencia.
La Civilización Cristiana, símbolo del Arte.
Pintura del techo de Arturo de Mélida, con alegorías a las Artes, Ciencias, Matemáticas, Arquitectura, Matemáticas, Física, etc. Con símbolos masones por todas partes.
El grupo con la profesora
En esta escalera discutieron muchas veces Emilia Pardo Bazán, primer socio femenino, y Benito Pérez Galdós.
Junto a la escalera, la Galería de Retratos.
La paleta y el compás, en muchos sitios de la sala.
Parte de la Sala de Retratos.
Seguimos en la misma sala
Otros personajes. En total, 188 retratos.
Mariano José de Larra, primer socio del Ateneo.
Junto a la Sala de Retratos se encuentra "La Cacharrería", lugar de tertulias y encendidas discusiones.
Despacho de Manuel Azaña, Presidente de la II República, que lo fue también del Ateneo.
La mesa original del despacho de Manuel Azaña.
Decoración del despacho.
Volvemos a la Galería de Retratos para salir.
Y dejamos este edificio con la sensación de que ya no tiene el esplendor que tuvo. Las cuotas de los dos mil socios con los que cuenta actualmente no son suficientes para salvarlo y peligra seriamente su continuidad. Una pena, porque ha significado mucho en la historia de España.
Para dar una idea de la importancia de esta institución, basta con ver esta foto perteneciente a los fondos fotográficos del Ateneo: la gente haciendo cola para escuchar una conferencia de Miguel de Unamuno.