Este fin de semana ha sido muy triste para nosotros. Se nos ha ido un amigo de los de siempre, de los mejores que teníamos y que se ha dado mucha prisa en partir.
Miguel Ángel nos ha acompañado durante muchos años, desde que fuimos adolescentes hasta ahora, y nos quedará siempre el recuerdo de su cariño y de su forma de ser. Lo quisimos mucho y lo añoraremos todavía más.
En primer plano, frente a Pilar, brindando feliz por el Año Nuevo.
Las escapadas que hacíamos con la merienda a cuestas.
Foto de un domingo cualquiera, en la Glorieta. Sin ponernos de acuerdo aparecimos las tres iguales. Y ellos tan trajeados y encorbatados. No puedo estar más fea a mis dieciocho años. Antes, parecíamos mucho mayores. Digo yo que sería por la ropa.
Los cuatro con la sierra de Callosa al fondo.
Pilar y Miguel Ángel el día de su boda.
En el Club Náutico
Vinieron a Madrid y lo pasamos muy bien. Aquí estábamos en el teatro esperando que empezara la función.
Hace pocos días volvimos a vernos y no podíamos imaginar lo cerca que estaba el final.
Ya estarás con otros amigos, a los que, como a ti, extrañamos. Descansa en paz, Miguel Ángel.