6 de julio de 2018

Museo Cerralbo


Uno de los museos más bonitos y desconocidos de Madrid, situado en un palacete de finales del XIX y principios del XX, ubicado en la calle Ventura Rodríguez. En la fachada se aprecian dos puertas gemelas, destinadas a la entrada y salida de carruajes.



Esta casa-palacio perteneció a Don Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII Marqués de Cerralbo, un gran coleccionista de obras de arte que, junto a su mujer, adquirió en sus numerosos viajes por todo el mundo. Fue un gran aficionado a la arqueología y destacado político carlista.


Contrajo matrimonio en 1871 con Doña Inocencia Serrano, viuda de Antonio del Valle y Angelín, Ministro de Hacienda, con el que tuvo dos hijos: Amelia y Antonio.
Era veintisiete años mayor que él y se conocieron por la amistad que unía en la Universidad al marqués con Antonio del Valle, hijo de Doña Inocencia.
Doña Amelia del Valle, Marquesa de Villahuerta, contribuyó a la construcción del museo, ya que legó sus colecciones privadas.
Al no tener descendencia, el Marqués de Cerralbo donó su colección al Estado Español.


Consta de sótano, planta baja, entresuelo y primer piso. La planta baja se utiliza para exposiciones temporales, el entresuelo es donde se hacía la vida familiar y se recibía a amigos que no requerían etiqueta, y el primer piso era la zona noble, destinada a mostrar el estatus social de los dueños a los invitados. 
Al entrar vemos la escalera de honor. En un principio vivía en uno de los lados Don Antonio del Valle y el resto de la familia en el otro, pero al morir Don Antonio, se redistribuyeron las salas, y las ocupaban según las estaciones.


Recibidor de verano.


Aquí comienza una enfilada de salas, que se conocen con el nombre de los colores de las tapicerías, como era costumbre en esa época.
Salón Rojo. Despacho de diario del marqués, con vistas al jardín.


Salón Amarillo. Se utilizaba como comedor de verano y sala de estar.


Salón Rosa, utilizado por Amelia del Valle.


Dormitorio del marqués. murió en el sillón que hay a los pies de la cama.


Un pasillo con recuerdos de su pasado carlista. En la foto, Carlos VII de Borbón, de quien era muy amigo.

Recibimiento de invierno, con pinturas de Felipe III y Margarita de Austria.


Salón de Confianza. Sobre la mesa, cuatro porcelanas de Meissen representando Tierra, Fuego, Aire y Agua. 
Retrato de una hermana del marqués: Matilde de Aguilera y Gamboa, pintada por Madrazo. 
Esta sala conectaba antes con la Sala de Música y la Capilla.
Quizás lo más espectacular de la estancia sea la lámpara de cristal del Murano.


La lámpara merece por sí sola una fotografía. Es una maravilla.


El Salón-Comedor


Dejamos el entresuelo y subimos por la magnífica escalera hasta el piso principal, destinado al protocolo y decorado de forma suntuosa. Se abría para recepciones, fiestas, cenas y bailes.


La barandilla de la escalera perteneció al palacio de Bárbara de Braganza, en las Salesas. 
Escudo del marqués entre dos tapices.


Al entrar nos encontramos con la armería, sitio donde tenía lugar el besamanos.


En esta zona hay un baño, algo muy novedoso en la época.


Salón Oriental. Los nobles presumían entonces de sus numerosos viajes por tierras lejanas.


Salón Estufa. Se llama así porque en un principio estaba destinado a invernadero, pero a los marqueses no les gustaba y decidieron poner aquí algunas de sus valiosas pieza, como el tondo de Andrea della Robbia.


Pasillo de Dibujos


Sala de Ídolos donde se reunían los caballeros a fumar. Sobre columnillas de mármol o alabastro, ídolos de diferentes culturas.


Salón Vestidor, copiando los de la realeza.


Salón Imperio, lugar de paso donde las damas se retocaban. Mesa y lámpara de malaquita.


Comedor de Gala, que se abría en las noches de baile. Tenía capacidad para veinticuatro comensales.


Sala de Billar, con una mesa perteneciente a Fernando VII. La mesa era solo para carambolas y por eso no tiene agujeros en las esquinas.
Se cuenta que al rey le preparaban las bolas de tal modo, que le fuera muy fácil hacer carambolas, y de ahí la frase :"Así se las ponían a Fernando VII".


Salón Chaflán, para descansar entre baile y baile, con pinturas en techo y paredes.


Para mí es la sala más bonita.


Despacho del marqués, donde recibía a personajes ilustres.


Biblioteca a continuación del despacho.


El piso principal gira en torno a un patio central, por medio de unas galerías que desembocan en el Salón de Baile, para facilitar el deambular de los invitados.


Galería primera o de los antepasados, con vitrina central donde se puede ver el Toisón del marqués. En la pared hay cuadros de su madre y de su esposa.


Galería segunda, con un gran cuadro de Alonso Cano.


Galería tercera con bustos. Todas las galerías dan al patio central.


Salón de Baile, con múltiples espejos para reflejar la luz de los candelabros. El borne central se quitaba cuando empezaba el baile.
Al fondo el Reloj Misterioso y sobre él está el palco donde se situaban los músicos.


El Reloj Misterioso.


Bóveda del Salón de Baile, con alegoría de la danza.

El XVII Marqués de Cerralbo se encuentra enterrado en Ciudad Rodrigo, en la Capilla Cerralbo.
Espero que os haya gustado el museo y que vayáis a verlo porque merece la pena. Puede que os llame la atención lo abigarrado de la decoración, pero era lo que se llevaba en esa época.