16 de marzo de 2011

Pasos para restaurar un libro.

Mucha gente siente curiosidad por saber cómo se restaura un libro, y aunque yo creo que para hacerlo en condiciones hay que tener conocimientos de encuadernación, voy a poner unos pasos que pueden ayudar a alguien que se decida a hacerlo.
Es un libro que perteneció a mi tío Trino, muerto en la Guerra Civil, y lo utilizaba para sus clases de Magisterio en un pueblecito de Alicante llamado La Marquesa. Restaurándolo pretendo que siga siendo tan útil como lo fue en su tiempo, ya que ningún tratado de ortografía ha superado al Miranda Podadera. Es una séptima edición.

Estaba en muy mal estado y seguí el procedimiento para encuadernar hojas sueltas.
Lo primero que hice fue soltar con cuidado hoja por hoja, con ayuda de un rejón las libré de la cola que pudiera quedarles, y las que tenían algún roto, las "remendé" con papel tisú.

Como la primera estaba muy rota, con ayuda del Fhotoshop hice una nueva en una cuartilla y la impregné con un algodón mojado en café, para igualar el tono del papel.

Cuando todas las hojas estaban ya restauradas (lógicamente no todas tienen el mismo arreglo), las puse juntas, y le di pegamento al lomo. Antes de que estuvira del todo seco, (el papel estaba muy pasado y tenía que llevar cuidado) fui separando grupos de hojas más o menos de diez en diez, y las volvi a juntar, pero esta vez ya no les di cola. Por cierto, siempre cola de encuadernar, que es más elástica.

Ayudándome de una tira de cartón por delante y otra por detrás del libro, ajusté bien los bordes y lo metí a la prensa. Le hice cuatro sierres, los primeros a 2'5 centímetros, y los otros dos centrados, algo más profundos para que pasara bien la cuerda.

Lo saqué de la prensa y le hice a cada grupo de hojas unos agujeros con un punzón, a ambos lados de los sierres procurando que coincidieran en vertical todos los agujeros, y lo cosí en el telar a diente de perro, cruzando bien los hilos y sujetando las cuerdas. Primero un cuadernillo, luego el siguiente cosido al primero, y así sucesivamente. Mucho ojo con que todas los cuadernillos estén al derecho.

Cortamos las cuerdas dejando unos 2'5 centímetros más o menos y lo volvemos a meter a la prensa. Sacamos bien las cuerdas, encolamos y dejamos secar en la prensa. Hacemos las guardas que irán unidas a las tapas, de igual medida de largo que las hojas del libro, pero el doble de ancho, y las pegamos por la doblez al borde mismo del lomo. En esta ocasión he utilizado el mismo papel de las tapas, pero como por debajo era blanco, también le he dado con café para igualar el tono con las hojas. Se aprecia en la última foto.
Si quisiéramos cortar los bordes para que nos quedara como nuevo, ahora sería el momento de llevarlo a la imprenta, si no se dispone de la máquina adecuada. Yo no las he cortado porque he preferido conservarlo tal como lo encontré.

Abrimos el trocito de cuerda y lo pegamos a la guarda. Le pegamos la tarlatana (sólo al lomo), la cinta de cabezada y el fuelle en el lomo. Ya tenemos el cuerpo del libro.

Hacemos las tapas con cartón, papel y tela de encuadernar. El cartón del centro es más fino y el ancho será el del lomo del libro, mientras en el largo, añadiremos 6 mm al de las hojas. Las tapas también 6 mm más largas que el libro, e iguales de anchas que las hojas, ya que después del lomo, hay 6mm a cada lado de tela, y es suficiente para que sobresalgan un poco. Primero se pega la parte central a la tela, y luego el papel monta sobre la misma. Remeterlo todo bien.

Con cola densa, encolamos el lomo (mirar que esté al derecho), y sujetamos bien mientras se seca. Seguidamente metemos un papel debajo de la guarda que va a ir pegada a la tapa, y encolamos, siempre en diagonal. Dejamos caer la tapa, sujetando bien el lomo del libro, para que no se quede corta la guarda y pueda hacer la tapa bien el juego. Ayudados de un paño, podemos quitar alguna pequeña arruguita que nos haya quedado. Quitamos ese papel y ponemos otro limpio. Hacemos la otra igual, y dejamos los dos papeles puestos para que recojan ellos la humedad de la cola, y no el libro. Marcar bien el hueco donde iba la tela al lado del lomo y ponerlo a prensar. Hay que dejar el lomo fuera y ponerle peso a lo que son las tapas.

Y bueno, pues el libro está terminado. Lo he abierto un poco para que veáis que las guardas no están blancas gracias al café.
Con Fhotoshop hice una portada y la pequé en la tapa.
Espero que os haya gustado y que alguna vez pueda seros útil.

Si alguien no se quiere entretener en coser o no tiene las herramientas adecuadas, se puede hacer también poniendo todo el bloque muy bien ajustado en la prensa dejando salir má o menos cinco centímetros desde el lomo. Se llevan todas las hojas en forma de abanico a un lado, se... encola (en este caso la cola llega un poco hacia las hojas, para que se peguen unas a otras) y luego se llevan hacia el otro lado para que tengan cola por los dos. Se saca de la prensa, y procurando que no se desarme mucho, sobre un papel dejamos caer varias veces el libro con el lomo hacia abajo, como cuando cogemos un montón de folios y los queremos juntar bien. Golpes secos. Se le pone peso a todo el bloque, y lo siguiente son los sierres, sin coser les ponemos los trozos de cuerda, en este caso también en los bordes, lo metemos en la prensa, encolamos bien procurando que el hueco de las cuerdas esté bien impregnado de cola, le damos a todo el lomo y lo dejamos secar en la prensa. El resto es ya igual.