Es fresca, bonita, de sabor muy delicado, fácil y no muy dulce, ya que nada más que lleva 50 grs. de azúcar.
Ingredientes:
Bizcocho de tarta ( el que vienen cortados en tres planchas y que lo venden en el super).
Una tarrina de queso Filadelfia.
500 grs. de nata.
50 grs. de azúcar.
2 latas de piña de 1/2 kilo
Guindas en almíbar.
Preparación:
Poner en un bol el queso, el azúcar y la nata, y montar. Dividir la mezcla en dos partes y reservar.
Sin lavar el sitio donde hemos montado la nata, poner ahí las rodajas de piña escurridas, reservando ocho para adornar. Guardar el jugo. Con la batidora triturar la piña y reservar.
En un molde desmontable o un aro, poner una plancha del bizcocho y con ayuda de un pincel, calarlo. Ponemos ahora una de las partes de crema bien repartida por encima.
Otra plancha de bizcocho, y calar también. Ahora poner la piña que hemos triturado.
Ponemos la última plancha de bizcocho y rematamos con la otra parte de la crema, bien extendida, que quede lo más lisa posible.
La dejamos así unas horas en el frigorífico, la desmoldamos y con un tenedor le hacemos surcos en vertical y en horizontal (se aprecia bien en la foto).
Las rodajas las cortamos por la mitad y las pegamos bien por el borde. Es fácil que vengan justas, puesto que se pueden curvar a voluntad. Ponemos una cereza en cada hueco de la piña y ya está la tarta.
Hay quien mezcla licor con el jugo, pero a mí me gusta que sepa sólo a piña.
Es una tarta deliciosa.