Las fotos, como siempre que son mías, dejan mucho que desear, pero se ve lo esencial.
Se ve un poco más adentro el armario de la ropa y enfrente la puerta del baño.
Al fondo, el salón, con mi Antonio consultando el plano de París.
Este es el baño, con todo lo necesario y la verdad es que estaba bastante bien. A la derecha se ve la mampara, tras la cual se encontraba la ducha.
Aquí se ve la cocina desde el salón, con un mostrador y taburetes donde comíamos los días que no lo hacíamos por ahí.
Desde donde se encontraba Antonio mirando planos, se ve la entrada, la cocina y la cama, con la mesita que había en el salón.
La cama, que era grande y cómoda, con un vinilo decorativo.
Estaba limpio y nos pareció bien de precio dada la situación. El propietario, muy correcto, nos dio las instrucciones por teléfono al llegar, y nuestra estancia transcurrió sin ningún problema.
Nos podíamos permitir casi siempre comer en casa, echarnos la siesta y por la tarde irnos otra vez a disfrutar de París.
La gestión por internet fue absolutamente impecable.