12 de diciembre de 2011
Confitura de tomate
Yo creo que es la confitura más rica que se puede hacer. Es la receta de toda la vida, la que hacía mi madre, que por otra parte es la de la mayoría de la mermeladas, pero esta tiene un pequeño secreto, que os voy a descubrir para que os salga tan rica como a mí.
Ingredientes:
Tomates de pera
Azúcar
Canela en rama y corteza de limón
Preparación:
Escaldamos los tomates, haciéndoles una pequeña cruz en el culete y echándolos en un cazo con agua hirviendo. Enseguida veremos que se empieza a desprender la piel por el corte que hemos hecho. Los sacamos, los pelamos, los partimos en cuartos y les quitamos las semillas. Que se queden bien limpitos.
Los ponemos a escurrir un poco y los pesamos. Antes se ponía siempre la misma cantidad de azúcar que de tomate, pero a mí me gusta menos dulce, y además, porque ya veremos, que luego va a llevar algo más. Por ejemplo, si tenemos medio kilo limpio, pues pondremos cuatrocientos gramos de azúcar.
En la olla exprés echamos los tomates, el azúcar, la canela en trozos y la corteza de limón. Encendemos el fuego y sin tapar, removemos hasta que el azúcar forme caldo. Tapamos y lo tenemos media hora a fuego suave.
Si cuando abramos la olla le vemos mucho caldito, pues lo ponemos a reducir, pero hay que tener en cuenta que al enfriar espesa bastante.
Y aquí viene el secreto.
Aparte, en un cazo, ponemos dos cucharadas de azúcar y las hacemos caramelo.
Cuando lo tengamos ya hecho, con cuidado echamos parte de la mermelada. Ojo, que hace mucho chup chup, y así vamos poco a poco enfriándolo y mezclando . Verter ya todo en la olla y mezclar. Dar un nuevo hervor con todo y dejar enfriar.
El sabor de la mermelada con el caramelo es exquisito. Yo recuerdo que mi madre lo ponía en todas las mermeladas que hacía.
Y bueno, pues una vez fría, la podemos emplear tanto para salado como para dulce, combinada con queso de cabra, con foie, etc.