2 de agosto de 2009

Heraklion

Esta escala fue especial porque para disfrutar verdaderamente de ella, tuvimos que prepararnos algo del Palacio de Knossos, de la civilización minoica, de mitolotgía y de la ciudad de Heraklion.

La colina de Kefala se encuentra a cinco kilómetros de la costa, y la compró Sir Arthur Evans al gobierno de entonces, para poder hacer las excavaciones con total autonomía.
Se encontraron 1.500 habitaciones alrededor de un gran patio central, donde el ala oeste estaba destinada para asuntos religiosos y de estado, mientras que en la situada al este se ubicaban las estancias privadas, y aprovechando el declive de la montaña, se construyeron edificios de hasta cinco plantas, todos ellos iluminados con luz natural.
Al presentar el palacio una planta tan parecida a un laberinto y aparecer unos frescos de toros, se creyó que aquí pudo vivir el Minotauro y se alimentó su leyenda.
Minos y Pasifae eran reyes de Creta. Minos prometió a Poseidón que sacrificaría lo primero que saliera del mar, pero al salir un toro, el rey lo encontró tan hermoso que lo incorporó a sus rebaños y el Dios del Mar, enfurecido, hizo que Pasifae se enamorara del animal. Dédalo, que era el arquitecto real, constuyó una vaca de madera para que la reina se metiera dentro y encandilara al toro. Pasó lo que tenía que pasar y se quedó embarazada dando a luz un engendro mitad hombre y mitad toro: el Minotauro. Entonces Minos, para esconder su vergüenza, lo encerró en un Laberinto que previamente le había mandado construir a Dédalo, encarcelando a éste en una torre junto a su hijo Icaro para que no pudiera contar nada Y la leyenda sigue todavía con unas cuántas cosas horribles, como que el monstruo se alimentaba de carne humana, pero al final las cosas se solucionaron y palmaron los que estaban en el guión que tenían que palmar.
La civilización minoica o cretense, se remonta a 2.800 años antes de Cristo, y nos dejó el legado de sus enormes palacios y el florecimiento de las artes y el comercio.
Tras la explosión del volcán de Santorini, Creta quedó arrasada y con ella la civilización minoica.
Heraklion, llamada también Candía, se encuentra al norte de Creta y es la capital y el principal puerto marítimo de la isla, y cuarta ciudad en importancia en Grecia.
Tiene 150.000 habitantes y cuenta en su parte antigua, con una de las murallas más impresionantes que construyeron los venecianos. La Fortaleza que hay en el puerto, es también veneciana.
Comimos prontito y a las tres y media estábamos ya camino de la estación de autobuses, a la derecha de la terminal del puerto, donde sacamos un billete de ida y vuelta en el nº 2, al módico precio de 2'60 euros, y que valía para ver el Palacio y el Museo.
Llegamos y la primera impresión fue que no sabíamos por dónde empezar la visita, porque entre la gente, el calorazo de las siesta, y tanto pedrusco suelto, nos apabullamos un poco, pero enseguida pudimos identificar los lugares.
Me parecía mentira estar delante de esas columnas que tantas veces había visto en los libros, y poder admirar los frescos, aunque no fueran los auténticos, porque esos están en el Museo, pero tampoco íbamos a ser tan tontos de no sacarle jugo a lo que teníamos allí.
Para los que os interese ver con detenimiento el palacio, os dejo este enlace donde lo explican todo estupendamente. A mí me sirvió de mucho y les doy las gracias: www.dearqueologia.com/knosos1.htm
Cuando ya acabamos, rendidos, sedientos y sudando a mares, volvimos a coger el autobús y le dije al conductor que nos parara en el Museo, en la Plaza Elefterias. De allí nos fuimos por la calle Daidalou, que es una de las más comerciales y por lo tanto cargamos con unas cuantas bolsas, hasta la Plaza de los Leones donde está la famosa fuente de Morosini, y seguimos callejeando hasta el Parque del Greco, donde nos sentamos a tomar un café frappé, que parece la bebida típica de toda esta zona. Nos lo sirvieron acompañado de un vasito con flan, y un detalle que ya veríamos en todos los bares y restaurantes: la cuenta la traían enrolladita dentro de un vasito boca abajo.
Ya un poco repuestos, anduvimos por la calle 25 de Agosto, pasando por el Ayuntamiento y por la Iglesia de San Titos.
De vuelta al barco y cerca ya del puerto pudimos ver una Iglesia que no sé cómo se llama, pero como me gustó mucho, he puesto una foto
La primera vista de Creta, la isla más grande de Grecia, desde el barco.

Empezábamos a recorrer el Palacio.

¡ Dios mío, qué calor pasamos!

El Baño Lustral, a la derecha del propileo norte.

Fresco del toro, también a la derecha de la misma entrada.

Fresco de las Tres Damas. Es más bonito visto allí.

En el propileo sur. Se ven los frescos de los hombres con las copas. A la izquierda, yo con mi sombrerito, que me sentaba como un tiro, pero es que llevaba la cabeza ardiendo del sol.

Aquí se pueden ver las plantas de esta edificación, todas con su luz natural.

Las columnas originales tenían una base de piedra y el resto de madera, pero el que lo reconstruyó, Arthur (donde hay confianza ya se sabe), las hizo de cemento y las pintó iguales que las originales.

El ala este, con el declive de la montaña.

Los Cuernos de la Consagración, que se cree que formaban parte de una cornisa toda de cuernos. Se ensañaban con el pobre Minos.

Fresco de un hombre saltando a un toro. ¿Será por cuernos?

Este fresco estaba en el piso superior al Salón del Trono.

El Príncipe de los Lirios, o princesa, que hay opiniones para todos los gustos. La que se ve abajo es Azucena, compañera de viaje.

Vasijas talladas donde se almacenaba de todo: sólidos y líquidos, y lo que les hubiera dado la gana, porque son enormes. Se llaman Pithoi.

Corredor de luz del Megarón del Rey, que también iluminaba el de la Reina.

Ya en la ciudad, enfrente de la Fuente de Morosini, la Basílica de San Marcos, actual Galería de Arte Municipal.

La famosa Fuente de Morosini, o de los leones.

El Ayuntamiento, o Logia Veneciana.

En el Parque del Greco, tomándonos el café frappé.

Esta figura de alambre estaba en la puerta del Ayuntamiento.
Creo que es la iglesia de San Titos vista por otra cara, pero no estoy segura. Mi marido, o sea el fotógrafo, jura y perjura que sí.

De vuelta al puerto, se empieza a ver la Fortaleza Veneciana.

Ya cerca del barco vimos esta iglesia tan bonita de la que no sé nada.

Y aquí se puede ver algo más la Fortaleza, que antiguamente les servía para defenderse de los piratas, y que ahora tiene en su parte superior un teatro al aire libre.

Y hasta aquí, lo que dio de sí Heraklion. Próxima escala...................Santorini. Mi preferida.