Ha sido un día rosconero con todas las de la ley. Seis han salido del horno del Mirlo, aunque dos ya no posaron por habérselos llevado sus dueñas.
Pero lío.................vaya lío para hacerlos con los niños aquí.
La masa se quedó levando ya a media mañana, y cuando les he dado forma, ha habido que proporcionarle al príncipe y a la principesa, igual ¡PERO IGUAL! cantidad de masa, para que ellos elaboraran uno y se lo comieran.
Como en todo querían colaborar y sus madres se los querían llevar calentitos, para mí que les ha faltado un poco de amasado para que no se abrieran en el horno, pero eso eran ya mucho pedir.
Los niños los han pincelado de huevo, con el consiguiente peligro de apretar la masa y que se fuera el roscón a mejor vida, han puesto las frutas escarchadas, que cuando me he dado cuenta no había ni la mitad, y nos hemos tenido que apañar con las que nos quedaban.
Han hecho su rosconcillo, sin segundo levado (cualquiera les explicaba el proceso, si estaban al lado del horno esperando).
Bueno, pues seis roscones riquísimos, blanditos y que nos darán para dos días al menos.
La receta está en "Panes y Bollería", como "Roscón Windi", en honor a un amigo especialista en que se le bajen.