1 de octubre de 2009

¿Es usted catalán? Encantada de conocerle


He pasado diez días en Cataluña y no puedo contar mejor tanto de los sitios visitados como de la gente con la que compartí muchas horas. Ni un solo problema por parte de nadie.

Bueno, pues vuelvo a mi pueblo y me encuentro con un grupo de personas, casi todas conocidas, que amablemente me invitaron a compartir su cena, cosa que acepté a pesar de acabar de cenar, pero como la compañía me era muy grata, no lo dudé y me senté con ellos, aunque solo fuera para charlar un rato.

Al momento surgió el tema del viaje y un señor, cuyos padres fueron emigrantes en Cataluña, empezó por decirme "Ya se habrá convencido usted, de que somos diferentes". Claro, salté como si me hubieran puesto un muelle y le contesté que había conocido gente tan estupenda como los valencianos que estábamos allí reunidos, y que no por eso los catalogaba de seres extraordinarios, sino que me parecieron personas tan comunes como las de otras autonomías.

Decirle eso y empezar a contarme chistes de Madrid, cuanto más vejatorios mejor, todo fue uno.

Le hice saber que vivía 37 años en Madrid, que me sentía tan madrileña como él catalán, y que no me gustaba el derrotero que iba tomando la conversación.

Sinceramente, tengo cosas en la vida más importantes que hacer que escuchar argumentos absurdos de gente que por no ser nada se cree algo, o mejor dicho, tiene que aferrarse a algo, porque por sí sólo es incapaz de sentirse satisfecho de sí mismo. A todos los mediocres les pasa lo mismo.

Y la cosa siguió y siguió, a pesar de que nadie le hacía ni puñetero caso.

Cuando dijimos ya de marcharnos, les deseamos buen viaje, ya que volvían a Cataluña al otro día, y me hizo esta pregunta, que no hizo más que corroborar lo que ya pensaba de él: ¿Usted cree que a los catalanes nos gusta el dinero? Y yo, que venía agobiada de pagar hasta por respirar, le contesté que sí, que no había hecho otra cosa mas que enseñar la cartera en todos sitios, a lo que él, dentro de ese halo de sabiduría por el que se sentía tocado me dijo: "Pues sepa usted que es un catalán el que le ha dado de cenar esta noche, porque la cena la he pagado yo"

A lo que yo le respondí "¿Pues sabe la diferencia que hay entre usted y yo? Que yo nunca se lo hubiera dicho. Que tengan un buen viaje."