Ingredientes:
1 huevo entero y 4 yemas
250 g de azúcar
200 ml de leche entera
200 ml de aceite de girasol o de oliva suave
700 g de harina común
3 sobres dobles de gasificante
Ralladura de un limón
1 huevo para pintarlos
Preparación:
Ponemos el huevo entero y las yemas en un bol junto con el azúcar y lo batimos hasta que la mezcla blanquee. Yo lo he hecho con la batidora de varillas.
Añadimos la leche y seguimos batiendo, agregamos el aceite, la ralladura de limón, batimos y añadimos luego la mitad de la harina y los sobres blancos. Sinceramente, no entiendo lo de añadir los sobres por separado, ya que juntos forman el gasificante, pero bueno, yo lo he hecho tal cual lo pone en la receta. Incorparamos bien la harina y añadimos la otra mitad que nos queda y los sobres de color. Mezclar todo bien. Yo quité las varillas de montar y puse los ganchos de amasar, pero se puede hacer igual con una cuchara de madera.
Precalentar el horno a 180º arriba y abajo.
Coger porciones (a mí me salieron 35) y hacer una bolita algo aplastada que pondremos en la bandeja con papel de hornear debajo. La masa es algo pegajosa, así que a veces no está demás ponernos un poco de aceite, sobre todo en la punta del dedo, para poder formar el agujero. Presionar el centro de la bolita y rodar con el dedo. Es más fácil hacerlo que explicarlo.
Pintar con huevo batido e introducir en el horno precalentado unos 25 minutos. Dependerá del horno, así que hay que estar atentos en la primera tanda que metamos al tiempo que necesitan hasta estar dorados.
Y nada más. A disfrutarlos.
